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M

~STAMPAS

HUANCAVELICANAS

plando a tu hermosa flor vengo a solicitarte el consentimento

para este mi hijo).

Naturalmente por el continuo trato casi familiar, por el

· hecho de trabajar ambos en los terrenos de sus pequeñas pro–

piedades, nacido del "ayne", les hace difícil proferir una ne

gativa; entoces les brinda su casa

y

les dice: yaycumuichk

(pasen adelante) y comienza la tertulia en torno de las sanas

intenciones que el joven tiene pai,:a con su hija. Y antes de re–

cibir una copa de aguardiente, el dueño de casa le dice: huar–

mapa sonjontaraj tapuycusaj, munanjachuch, manachuch

(primero voy a p:i:eguntar al corazón de

mi

hija, si quiere o

no). Después de resistirse ella a las preguntas de sa padre,

como quien no sabe nada, con leve fingimiento, sobre todo por

el temor al autor de sus días, casi vagamente le contesta: jham

nisjaiquitach rurasaj tayta (lo que Ud. diga haré querido pa-.

pá). Luego dirigiéndose hacia el futuro hijo político le dice:

huarmapa sonjonpajmi canqui, manachayja ñujhapa nisjai–

me canjha (eres para el corazón de mi hija;

y

si no fuera así,

lo que yo diga tiene que hacer).

Di~ho

esto el padre encierra

a su 'hija en un cuarto o la separa de la concurrencia, hasta

el momento en que después de haber tomado algunas copas

del "puro", la entrega con la condición que lleven a cabo el

matrimonio en el plazo fijado. En otros casos los padres con•

vienen en deshacerse de su hija después del matrimonio, es

decir, en la puerta de la iglesia. Después de buscar a los pa–

drinos quienes alquilan los vestidos que generalmente soQ de

colores vivos

y

también los ar9s, se realiza el:

Matrimonio.-En

este distrito como en

otro~

muchos de

nuestras serranías, los curas no casan sino cuando lo solicitan

por lo menos tres o cuatro parejas para así celebrar los._ ma–

trimonios en conjunto. Tanto la bendición como el cambio de

aros se realiza en la entrada de la iglesia lo mismo

que.la

en–

trega del tradicional quimsa chunca soles (13 soles) propor–

ciona~os

por el padrino al cura quien coloca sob¡:e un azafate

para luego darle al novio

y

este pasarle a la novia. Inmedia–

tamente se dirigen al Altar Mayor

y

permanecen arrodillados

hasta el final de la misa.

'

Al salir de la iglesia reciben tanto los contrayentes como