SE_RGIO QUIJADA JARA
35
sariamente tiene que sacar al Niño Ojje, del templo, el nue·
vo mayordomo o mayordoma quien se lo lleva a su casa,para
velarlo todo el año. .Pero como el Niño tiene muchísimos de–
votos, el mayordomo confía a las personas. sobre todo de sn
simpatía para que velen al Niñito por algunos días. Así se
pasa de casa en casa todo el año. En caso de no haber mayor–
domo, el Niño se queda en su iglesia. Pero esto casi nunca su–
cede porque como le atribuyen muchos mila:gros y por tener,
el Niño Ojje infinidad de devotos siempre es conducido y has–
ta disputado.
Una vez que el mayordomo lleva al Niño a su casa,
vie~
nen los colaboradores espontáneamente para anotarse unos
como alfereces que consiste en recibir dinero del mayordomo,
por ejemplo
di~z
o quince soles para devolver al año el doble
de lo recibido; otros se apuntan para pagar las misas de la
novena, otros para alveros, para toros encohetados, para cas–
tillos, globos, etc., etc. Para "Autor" que es la persona encar–
gada de sacar una pandilla de bailarines con su respe<:tiva or–
questa (arpa, violín y clarinette). Otras personas se compro·
meten para tomar parte en la "Adoración" : los diversos per–
sonajes, etc., etc. A todos estos comprometidos, por supuesto,
agasajan tanto .el mayordomo entrante como el saliente, quien
para terminar la fiesta, va con su banda de casa en casa de
sus alfereces, recogiendo el dinero repartido, invi\ándoles una
copa de "puro".
.
Desde el primero de noviembre el mayordomo realiza su
"yaycuchicu" o "yaycupacu" formal a todas las personas
comprometidas de ante mano. Consiste e11 llevarles a todas
y
a cada una de estas personas un azafate de dulces de la lo·
calidad: tajadas de bizcochuelos, jallullas, mantecados, sara–
rnscas, empanadas, etc., una botella de buen vino y otra de
aguardiente. Así realizado se consideran. formalmente corn–
prometidbs lai¡_ personas que han de colabornr en la fiesta.
Si faltara este requisito, posiblemente las personas no obs–
tante de haber quedado· seriamente para ayudar en la cele–
bración, no solamente se resentirían sino hasta criticarían la
descort ez actitud del mayordomo que no supo cumplir con su
cleber,