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importancia tiene para el estudio de la psicología del pueblo, pre–
séntase a nuestra consideración la receta que emplean para el tra–
tamiento de la tartamudez
y
que consiste en tomar durante 9 días
(3
x
3)
agua amanecida ·en un cencerro.
No sólo nuestro actual pueblo
es
devoto de la magia de los nume–
rales. En su
Descripción Colonial
FRAY REGINALDO DE LIZÁRRAGA
nos dice que los indios '·'dan tres veces tres días pedazos de víbora
a
comer" para curar la
ponzoña~
Y
para la blenorragia, tanto
MAN–
DOUTI
como nuestro pueblo se muestran atraídos por la influencia
benéfica del tres
y
de sus múltiplos al prescribir: tres raíces de po–
leo a tomar infundidas durante
9
días
y
la no menos graciosa receta
que consiste en tomar un trago de ginebra
9
días seguidos
y
''si
fueran tres tragos mejor''.
Con respecto al número siete pocas son las recetas que lo des–
tacan
~xplícitamente.
Aparte de la que usan para mitigar los sín–
tomas producidos por el empacho
y
que consiste en tomar siete raí–
ces
pe
poleo en té, no recordamos por el momento ninguna otra. Sin
embargo, dicho número tuvo en la antigüedad una gran influencia
Sobre la medicina mag1ca, abiendo
V
ALESCUS DE TARANTA
dispuesto
su
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y
sagrados tiene
Múltiples facetas presenta la medicina popular. Es herbolaria,
es mágica, es intuitiva, es empírica, etc., pero, sobre todo, es pinto–
resca. Quienquiera se proponga observar su terapéutica encontrará
un mundo de pequeñas novedades, de ocurrencias, de curiosidades,
ya
en la forma de curar, o arte propiamente dicho, ya en la materia
utilizada como beneficio. Lo cierto es que lo pintoresco salta a la
vista. Es una modalidad que se multiplica indefinidamente
y
hace
sonreír con leve suficiencia ·al profano, un poco admirado de las
u
cosas" que hace el pueblo para combatir sus enfermedades o pre–
venirlas. Pero olvida su ignoranci&
y
su dolor, la inme:nsa horfandad
en
que se debate, la miseria que le confina en la impotencia
y
ese
saberse sólo para poder vivir, pegado
al
suelo como
un
árbol,
y