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vues, a cuatro siglos de distancia, es posible encontrar aún en la
medicina popular resabios de dichas artes, en formas puras o mez–
-cladas a la magia, pero siempre vivos, como el sentimiento cristiano
.que nació con el pueblo que los practica.
Infinidad de simples se prescriben bajo la advocación de los
santos. Ni siquiera la pócima científica escapa a esta ley de carác–
ter general, pues, al lado del frasco que la · .COJ?.tiene está siempre
_presente la imagen del santo protector y la oración precede la inges–
tión de ia droga.
b
Si ello es cierto, cómo no han de practicarse los
ensalmos en la medicina rural, donde la esperanza y la fe surgen más
que de la virtud de los simples que administran, de los procedimien–
tos con que revisten el acto de la cura, de las ceremonias con que
acompañan su prescripción? ;La "cura de palabra", tan
difundid~
actualmente, es menos mágica que teúrgica. Es la idea de Dios la
-que ilumina ese misterioso acto terapéutico y esa misma idea la que
·obra en el espíritu del paciente. Y aún cuando se quisiera. argüir
con el hecho de que éste es, a veces, una planta o un animal, como
sucede en la curación de las
la as de los sembrantíos y las "embi–
chaduras'' del g nado, siempre es o ibl de e brir a en la práctica
ritual, la existe
e la divinida
·
licada.
La ''cura po
t
r a tierra
.Y
darla vuelta,
la pisada
del animal que e qui
espués de
la
señal de la e uz
o u
· 1-o sobre los
dos rastros
cru
pr~ce
to
es único.
Hay otros que
zan también de mismo pres igio. Uno de ellos es
·el que prescribe para el tP-ismo mal: ''hacer tres cruces sobre la em–
bichadura con un gajo de ashpa.-quishca (alternanthera aGhyrantha),
.R. Br.) gajo que luego se deja colgado del animal hasta que se seca".
No sería lógico pensar que el ensalmo obre sobre el curso de la en–
fermedad, y menos, por supuesto, sobre la naturaleza del animal, ,
L
pero quién puede discutir que ha obrado, seguramente, sobre la
esperanza
y
la fe del amo, que cree desde ese instante en la protec–
ción milagrosa de Dios sobre su
bestia~
b
El ensalmo no es acaso la
·oración callada ·que se eleva con el pensamiento para atraer la aten–
ción de la divinidad hacia un objeto
determinado~
¿No ha hecho lo
mismo el hombre cuando ha querido obtener su
gracia~
La ''cura de palabra'' para
ei
dolor de muelas tiene el mismo
significado. Consiste en ''señalar la muela enferma
y
desde el punto
mismo del dolor, haciendo un círculo con la mano alrededor de la
cabeza del enfermo, decir : Perdete, dolor, perdete, como Judas per-