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¿No es ésta, una actitud digna frente al abuso de la industria
de cosméticos y cremas, de tinturas y menjurjes diversos, con los
.que la belleza, en trances difíciles, compromete otras actividades no–
bles del individuo para someterlas a su exigencia neurótica y ar–
bitraria~
EL SUDOR
La excesiva transpiración en reposo, general o parcial, tiene su
fundamento morboso innegable en diversas enfermedades. Ya es una
simple hiperhidrosis por causa mecánica o física, o por conforma–
ción anatómica de las glándulas sudoríparas, o ya es originada por la
acción de tóxicos endo o exógenos de la más variada naturaleza.
Sea cualquiera la causa, el síntoma "sudor" es para la gente una
enfermedad. Cuando es general, suele llamársele también ''pasmo''
y
es producida entonces por la debilidad, síndrome a su vez que
está determinado por una tuber culosis pulmonar.
Cuando se 1 .Gal":Z
G-r-.eión del cuerpo se dice : ''sudor a los
pies'', ' '·sudor a las manos'', etc.
Los remedi s,
el síntoma, sie do '
nuestra medie na.
rrea divaricata ) ", 1
-T'I~
pies. La "jari la"
cónico y tanin .
El ' ' atamis
arginata) ' '
y
el ' ' suncho blanco
(Baccharis serrulata) ",solos o mezclados al "afrecho de trigo'' son
asimismo muy usados en forma de cocimiento. El primero contiene
un glucósido que por acción de un fermento da lugar a la formación
de un senevol,
y
el segundo, que posee tanino, al que debe sus pro–
piedades astringentes.
EL SURI
Ésta es una curiosa expresión analógica, diremos. Ha surgido,
probablemente, de la semejanza de la conformación del pecho
y
tórax de la criatura con la del "suri" o avestruz. Son los "pechos en
quilla'' de algunos raquitismos y se cura ''dando de comer a un
perrito o a un polHto sobre el mismo pecho del niño enfermo''.
Confesámos no tener ninguna idea sobre el fundamento terapéu–
tico de dicha cura.