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por el contrario, llamamos muerta a toda agua estancada.
Pues, por la misma vía decimos de los que gozan d'e la bien–
aventuranza celestial que viven eternamente, por poder pro–
porcionarse por sus propias facultades todo cuanto quisieren,
sin que nadie se oponga a la libre determinación de su vo–
luntad. No así los condenados de los infiernos, que aunque
viven, pues nunca se les deja morir, [202] no puede en rea–
lidad decirse que viven, puesto que nada pueden hacer de
cuanto quieren, y están siempre castigados y como forzados
al fuego y a los tormentos eternos. De lo que resulta que los
bienaventurados alcanzan cuanto quieren, sin que a ello l•es.
obste ningún mal, mientras
á
los condenados nada de cuanto
apetecen les es dado obtener.
D.-¿ Y qué quiere, finalmente, decir eso de "amén,
Jesús" ?
M.-"Así sea todo lo que hemos dicho" , o, si se quiere,
"cuanto hemos dicho es verdad" . [203] .Te referiré una na–
rración, tomada de Enrique el Teutónico. Había dos solda–
dos unidos entre sí por estrechísimos lazos de _amistad. Dí–
jole el uno al otro que él un día había de dar un festín en su.
casa y que le encarecía mucho asistiera también él. Corres–
pondióle el otro por su parte con una recíproca invitación,
prometiéndole a la vez que asistiría gustoso. [204] Así las.
cosas, el que había sido el postrero en invitar murió antes de
que su amigo dispusiera el banquete. He aquí que en el mismo
día del festín el muerto acudió a la casa de su amigo a co:m,er,
según había prometido: "Ya parece que no te acuerdas de.
lo prometido- le dijo en presencia de los demás convidados-.
Cumple lo que has prometido." A lo que el vivo respondió:
" .. .. ....... . .. .. .." [205] ... .... .. .. .... .. . : "El próximo domin-
go confiesa
y
oye misa, que después,
al
volver a tu casa, ha–
llarás a la puerta enjaezado un caballo blanco
y
dos perros:
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