[80-193]
confianza. Pasó el santo Obispo los tres días entre
ayuno~;,
..
.oraciones y súplicas fervorosas
al
Señor en demanda de ayu-.
da y protección. Transcurridos, en efecto, los tres días, enca–
minóse el Obispo en dirección al sepulcro de Pedro. Manda re–
mov.erla gran piedra que lo cubría, cavar y sacar el cadáver
del difunto Pedro, al que golpeándole con su báculo le ordena
que resucite.
[190]
De pronto el cadáver resucitó, según
le había sido ordenado por el Obispo, y siguió a éste hasta
el lugar donde se ·administraba la justicia regia. Una vez allí,
San Estanislao habló así a los jueces: "Aquí tenéis a Pedro,
el mismo .que me vendió la finca, ha resucitado de entre los
muertos y viene a comparecer ante vosotros, dispuesto a que
le preguntéis y a responderos si es cierto o no que él me.
vendió su finca para uso de
'la
Iglesia y que cobró el importe
de la misma.
[191]
Que este hombre es el mismo, no cabe
duda; ahí está abierto y vacío su sepulcro; y si Dios se ha ser–
vido resucitarle ha sido P.ara demostraros que su palabra es de
más peso que los testigos y las escrituras." Atónitos ante tal
prodigio, nada osaron argüir los adversarios del santo Obispo,
en vista sobre todo de que Pedro ·en persona, resucitado de
entre los muertos, daba fe de la verdad y exhortaba a sus
deudos a hacer penitencia por sus pecados
y
por la gran
,ofensa inferida al Obispo.
[192]
Díjole el Obispo a Pedro
si quería seguir viviendo en este mundo, que él podría conse–
guir del Señor esta gracia, a lo que Pedro replicó: "Prefiero
morir a continuar en esta vida de desgracias
y
miserias, para
de este modo pagar ya de una vez
y
en absoluto la pena de
los pecados que cometí en esta vida
y
luego subir seguro
al
cielo, no sea que, si sigo en este mundo, pueda perder mi sal–
vación.
[193]
Rogad, pues, a Dios Nuestro Señor que miti–
gue mi pena para de esta forma subir más pronto al cielo a
gozar de su contemplación." Y dicho esto,
y
volviéndose
al
se-
G 3