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SUCASUCA
MALLCU
En tal zona ' del Altiplano de Bolivia, solamen–
te los nativos, descendientes ciento por ciento de
españoles u otros europeos,
y
los mestizos de abo–
rigen
y
europeo, como en las demás regiones del
mismo territorio;
queren'lo~
decir que solamente
criollos
y
mestizos sufren
la influencia del am–
biente y se presentan como personas de talla ba–
ja, de cuello cor to y esqueleto provisto de muscu–
latura adipósicamente
bien empaquetada. Mas,
con los aimaráes no mezclados el caso es otro.
Los sucasucas constituyen una rama aimará
· de gentes longuilíneas. En su oportunidad, fué pa–
ra nosotros un moti'vo de extrañeza ver a esas
personas de estatura que no es, común sirio entre
los
in~ígena,s
bolivianos de los valles y llanos cá–
lidos.
Por lo general, son gente de p0rte y héchuras
cuasi impon e11tes. Estas características hallan ma–
yores expresiones en las nmjere sucasucas. Agra–
da mirarlas, en especial cuando caminan porque
sus andares son reflejo de dignidad subjetiva que
es subray:¡1da por su porte alto y su ojos grandes
muy poco o Dada almendrados. Así, como una de
esas h ilanderas caminantes de Patacamaya o Ca–
lamarca, ha debido ser la madre de don Juli án,
y
como esos varones alto tes
y
narigudos- su padre,
porque en cuanto a esto último, Apasa es apellido
hoy mismo llevado en inuchas d.e las parcialida–
des aimaráes; salvo el hecho de que J ulián, le–
galmente, sólo hubi ese tenido madre
y
que ésta
· hubiese sido una Apasa. Sugerii1lOS, como se com–
prende, la posibilidad de que nuestro personaje
hubiese sido f ruto del cruce de español con mujer
,
sucasuca, que no es improbab\e dado el hecho de ,
haber podido don
~ulián
leer el cas tellano, de lo