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SUCA.SUCA MALLCU ,
con orden y suerte: contaban los pueblos france–
ses con una legión de hombres previamente libe–
rados por sí mismos en virtud de su
culturizaci.ón,
aunque en · lo político estuviesen esos franceses
cul os en el mismo
1
nivel desdkhaao que la multi–
tud, si no eran nobl es. Luego; por intermedio de
tal es mentalidades ejercitadas
e~
el entendimien–
to de los fenómenos sociales v muv interesadas en -
hallar las fórmulas de solución del problema co–
lectivo, en su país, l a masa, por acción del
eomité,
conocía el mensaje; lo analiz aba en su rudimen–
tario
intele~to
saturadísimo de <>entimien tos-, y de
él tomaba la novedad , · lo
inv ~ntado
por los pen–
sadores de l a élite, que se le antoj aba fabri cado
para su gl!ls to
y
med,~da :
la iguald ad. En es te acier–
to de los mentore , de los republican os fr anceses,
acierto políticD, pm·amen te poJHico, radi có, $e di –
ce, la vi ctoria del
n~ciente
cristianismo sobre las
organizaciones sociales de los imperios antecris–
tianos.. Mentira política - la igualdad- pero ne–
cesa ria, como lo es la sostenida contr a las demo–
cracias del munclo por los j udíos comunistas , por–
que sostiene q ue en el mundo no debe haber po–
bres ni
rico~
y tqnto halaga, serlüce a las masas.
Y
la revolución en F r a ncia hizo trizas el trono y
guillotinó reyes, delf ín. duques, condes
y
ma rq ue–
ses,
y
a cuan to aris tócrata p uct o captu rar , con el
respaldo de la muchedumbre
S1~dt1ci da
por la pa–
n aceaíca igualdad, por ese ful gor de la utopí a que,
;t
la post re, y en evolución
poií ti ~a,
n eta, lleYÓ a
los fr anceses, americanos e ingleses a la experi–
m en tación de un a form a de gob ierno que, a pesa r
' de sus imperfectas o incompl e tas r ealizaciones,
significa hoy m ismo lo más perfP-c lo como r égimen
de convivencia o de asociación nacional , ya qre