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SUCASUCA MALLCU
mana), (1)
y
los de Viscachani, famosos hasta hoy
por sus salutíferas soluciones minerales; fuera de
estas termas, el manantial de Umala (viene de
uma
' y
jalsu,
exactamente manantial)
y
cien más.
Comarca donde las minas rinden desde inme–
moriales épocas diversos metales hasta en el sub–
suelo de chatos cerros tan alueñes de los principa–
les contrafuertes andinos, que muchas veces que–
dan en medio de la pampa; es crucero de caminos
troncales, de norte a sud
y
de levante a poniente.
•Los sucasucas por esto en todo tiempo fueron gen–
te avisada, pues tuvieron y cuentan
·Con siempre
bien servido anoticiamiento de lo que ocurre en to–
do el país, muy especialmente desde el mar Pacífi–
co hasta los Andes Reales.
Estos homores planaltinos, como todos los que
i ntegran subgrupo que habitan al este del Titica–
ca y el rí.o Desaguadero, en lo religioso o espiri–
tual, milenios
RP.
t
s O
E'
la invasión española, evo–
luciona ron tradici úiWlmenlc:! por la vía del culto
intiano
(solaris veneratio).
De dond e resulta que
hoy mismo se puede constatar su fe r·vor por el as–
pecto estético del culto cristiano
católico, cuyos
templos, fabricados po,r ellos mismos, cuidan
y
conservan recelosamente. Al fin y al cabo, entre
la esencia abscóndita o transcendente del sol es–
piritual y la naturaleza
postmortem
del Lagos ga–
lileo, entreven tales aimaráes un nuevo
'caso de
repetición de la presencia del Verbo sobre la Tie-
J
(1)
Se cree que Urmiri, etimológicante, también vale por: Guar–
da del Día (uru.fmiri}, o por Sepulturero de nativos Urua,
y
esto por
que, en efecto, en el vocablo compuesto, la idea
bDlrl
aigulflca ellfeo
rrador, en acepción aubaltema.