6
SUéASUCA MALLCU
fica fuera escaso e irremed.iable para el narrador
extranjero, que no
e~
tratápdose de .un boliviano,
pues para eso éste, presuntivamente, conoce su
paí s, sabe de· los :rnis terios y bondades de la con–
quista española, del régimen social en la Colonia;
de tal manera que los vavio's del historial de Ju–
li án Apasa, acaso lleguen a contener supletorias
n oticias si no extrictamente ciertas posibles.
Aldea de tránsito en la, región septen'triopal
del Collasuyo, Sicasica llegó a ser un pueblecito o
. marka debido, por primera punta, a que en .su me·–
ridiano cuenta cbn un manadero de 'agua transpa–
rente com o su atmósféra,· Hemos bebido de ése ma–
nadero y placiónos su linfa. En la anchura exma–
rítima y desértica de la Puna paceña, el aljibe apa–
ciguó la sed de peregrinos y dió abrebadero de re–
galo a los ganados. Sus comunes dueños, de espí-.
r itw, ;:tima y pasta aimaráes, eran los sucasucas, y
s~gue11 ~i cndo .
Rs •ali<l)sa la información que brin–
da el <loc tor Higa i!crto Par e des, al respecto, por–
que es tabl ece la filiación etnográfica de todos los
subgrupos o agregados sociales del planalto boli–
viano, en buena parte del mismo, de acuerdo a la
realidad, a la tradición y a los vestigios histór ico!)
que acusa la geografía humana en las hoyas del
Titicaca y el Poopó, filiación
c~nforme
a la cual
también queda desagraviada la verdad sociológica,
de modo que los oollas, un subgrupo entre cien,
ti enen que ser mantenidos dentro de ese límite, por
mucho que el incaismo haya tomado la parte por el
todo y denominado Collasuyu por entero a la región
que perteneció a la república de Bolivia recién
instituida en 1-825.
1
Los sucasucas, como los eolias y 'los collawa–
yus y los collanas y los pacasas, etG., son uno de