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los libros sagra<los era universal entre los griegos, entre los roma–

nos, entre los etru ·co . A veces el ritual estaba escrito en madera; ·

~

a veces en tela ", ha escrito Fustel de Coulanges (1) .

P ero volvamos a las Historiales, de Montesinos, en donde se en–

cuentran las mas perentorias ase.veraciones a cerca de la escritura

en el Peru incaico . Dice este cronista que en el reinado de Sinchi

Cosque "habia

letr(J,s

y hombres doctos en ellas, que. llama.n Amau–

tas "

y

que estos ensefiaban a " leer y

escribir"

(2) " . . . a lo ue he

podido alcanzar-contimfa-escribian en hojas de platano ; seca-

. banlas y luego escribian en ellas, de donde vino a Juan Corcovito

en su

I t1inerar-io Hierosoli1nitano

y

Siriano

(lib. 1, cap. 14, folio

92) ..... Y en Chile, cuando a Alonso de Arcila (Erc.illo) le falt6

·papel para su

Araucanm,

un indio le supli6 la necesidad con hojas

de platano, y en ellas escribi6 muy grandes pedazos.

Como se ve, Montesinos afirma la existencia de escritura apo–

yan,dose no solamente en informaciones indigenas sino tambien en

el testimonio de otro investig!idor. No es posible considerar que en

las palabras anotadas 'haya unicamente fantasia y falsedad.-El ca–

racter general de las -cronicas es

SU

deficiencia, la minima preOCl1-

paci6n de sus autores por los aspectos culturales de los pueblos con–

quista.dos, su desden por ellos, y de. alll las apuntaciones incomple–

tas, que no han ahondado en una indagaci6n sistematica y minucio–

sa que demuestr e el interes del verdadero historiador,' y que hubie–

ra permitido al presente. un conocimiento completo clel pasado ame–

ricano. De alli que no haya raz6n de abrigar desconfianzas en lo re–

ferente a los a pectos afirmativos de las cr6nicas; cabe mas bien la–

borar par ratificarlos y completarlos.

Finalmente, Montesinos cuenta c6mo se percli6 la escritura en

tiempo de Pachacuti Sexto, a consecuencia de la prohibici6n dicta–

da al efecto por clicho soberano despues que los Oraculos habian

contestado (par medio del Gran Sacerdote) que las calamidades

sobrevenicla~

se debian a las letras, que se las debia prohibir y que

en lo suc€sivo '' nadie. las usase ni resucitase, porque de su uso le

habia de venir el mayor daiio. Con esto,_ Tupac Cauri mand6 por ley,

que, so pena de la vida, ninguno tratase de

qiiilcas,

que eran perga–

minos

y

ciertas hojas de arboles en que escribian, ni usasen de nin–

guna manera de letras. Este oraculo

1o

guardaron con tanta pun–

tualidad, que despues de esta perclida, jamas las peruanos usaron

(1) La ciuclad antigua, pag. 232.

(2) Ob. cit., pags. 20 y 21.