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rac; maravillas de la cultura aut6ctoua y que -en lo folk-16rico–

recogido con paciencia, pi:oligidad y comprensi6n, parte siquiera

dcl gran acervo popu1ar -rec6ndito y secreto refugio de lo que

fue-,

escuchando de viva voz los restos del riquisimo arte musical

poetico sobreviviente, anotandolo y clasificandolo con metodo y

precision, ha permitido rehacer algo de la lirica indigena y algunas

muestras apreciables de otros generos, como los cue;ntos y las fa–

bulas. Refiramonos, ademas, a otra raz6n, que podemos Hamar

ind1tctivo-ded1tcti a

que prueba 16gicamente la existencia de una

h eratura incaica: E'sta probado que en el Peru precolombino e

han desarrollado una serie de culturas estratificadas en el tiempo,

teniendo como escenario las alturas de la serrania (de Quelap a

Tiahuanaco) y las llanuras de la costa (Chimu y Na.zca). Esta pro–

bado que esas culturas alcanzaron un altisimo grado de desarrollo

y, en algunos aspectos, de verdadera e insuperada perfecci6n, mu–

cho antes del imperio de los Incas; siendo estos los que por

sis–

tema de conquistas

su sabia administraci6n- a manera de los

romanos- consiguieron dar unidad y fisonomia propia a las di-

versas culturas locales.

Ahora bien, el Incanato nada destruy6; supo conservar intac–

tos todos los elementos culturales de los pueblos subyugados. dan–

doles si pronto esa unidad de que hemos hiablado. El Imperio Incai–

co aparece, pues, magnifico, floreciente, parangonable con el an–

tiguo Egipl!o, por las raigambres

pe.culiaridades de su civiliza–

ci6n,

quizas con la propia Europa de su tiempo.

No nos referiremos a la organizaci6n. social; ni e,xtenderemos

nuestro estudio a las ramas cientificas de este pueblo peruano que

conoci6 el afio solar (o lunar, seg-6.n algunas informaciones), los

solsticios y equinoccios; que de la

Geometr~a

Aritmetica '' su–

pieron mucho ", segun la expresi6n de Garcilaso, como que tales co–

nocimientos les eran indispensables

pa.ra

medir sus tierras y 11evar

sus cuentas y como que

la aplicaci6n de las ciencias matem?.ticas

ejecutaron obras de ingenieria inimitables,

~sombro

de la humani–

dad del presente;

que en su medicina naturalista

vegetal obra–

ban maravillas de conocimiento. Lo propio para este ensayo es refe–

rirnos ;al Arte en general, prodigio de concepc;6n

creaci6n en mu–

chos aspectos.

Alli estan hasta hoy esas admirables fortalezas que se ensefio–

rean en los Andes, desafiando a los siglos; alli estan, inc6lumes

aun, invictas

soberbias, no obstante la safia implacable del pico

la· lampa de los buscadores de tesoros. Alli estan, comparables a

los mejores monumentos asirios; por su petreo material, compara–

hles tambien a los milenarios del valle del Nilo, mostrando su resis–

tencia incomparable

la ensambladura pulcra y sutil -en la que