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M. JULIO DELGADO A.

ka, personifican con un viejo enano y enjuto, a la manera como los blan–

cos se imaginan al duende. Vive, según ellos, el Sok'a, en las peiiolerías

y este viejo penetra al corazón del ind·io vi-e-tima de la enfermedad en el

momento en que éste se duerme ·en uno de esos lugares.

Cuando el indio tiene alguna deformación post-uretral, llaman el rnk'ascka

o

ei

venteado. Si es niño el deformaAio creen 1ue el

ge•1t'I

1

lucanos o antepa–

sados) se ba comido el corazón de aquél.

Los paokos o como llaman en otras partes "yachainiyoj", son conside,

rados 'CO-mo los videntes, y que, según ellos, participan del espíritu divim:>,

que están en colj'.lunicación oon los auquis y Apus. Tienen la misma creen–

cia que los griegos tenían de sus sibilas. eon la diferencia de que las pito–

nisas griegas adivinaban en un momento .cJ.e delirio, mientras que los packos

a.divinan, merced a las . diversas posiciones en que se encuentra la hoja de

coca después de ser barajaAia.

iLos auquis son, según los indios quebradeños, divinidades del cultivo,

que a la manera de los Ceres romanos, vigilan, :euidan y fructifican sus cha–

caras.

n los indios de las alturas,

el culto a

los fenómenos

de la

naturaleza es más m1meroso

1

en razón de que opera intensamente en ellos,

la influencia telúriica. E s ta influencia se nota en todo pueblo, que está más en

contacto oon la naturaleza. Es por eso, que, ante la sigsageante electricidad

que parte cumbre y picachos, que mata centenas de animales y multitud

de

0

pastore.s, el

1

dio de la puna reverenrte y medroso

of~ece

sacrificios,

paga a la .Moore Tierra enciende fogatas, para calmar las iras del auqul.

Adora el indio de la puna no por fe, sino por miedo. He aquí la infantilidad

y el nacimiento de la religión por el miedo, expllcaeión

sociológica más

aceptable.

El símbolo del auqui es el cóndor (kuntur). Según ellos el auqui se ha

encarnado en este animal.

El apu constituye la divinidad <le la' comarca. Son los antepas¡idos

qu~

velan por ellos.

Convertidos. en apus, según la creencia en algunas ra:–

giones.

Unas veces

creen que

está encarnaodo

en el

viento,

o en

el reflejo del atardecer. De ahí que llamen socka-wayra o mal viento, como

la causa originaria de la muerte repentina de una criatura; porque según

ellos el soc'ka o gentil se ha oomido las entrafias de ésta. De modo

que

unas veces es el dios del bien y otras veces el dios del mal. Por lo general,

entre los in•dlios de la quebraAia, el apu. es una divinidad protectora.

Veamos en qué consiste el cutiscka, o sea la curación del daño. Hemos

visto más adelante que a la vista de una persona enferma que paulatina–

mente adelgaza, creen que está asustada y que por esta razón su ál"lma se

ha salido de su cuerpo, y que se . ha quedado a·quella en el lugar del susto.