FOLKLORE Y APUNTES PARA LA SOCIOLOGIA INDIGENA
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uno de los ceri:os) y del patrón San Isidro;
y
asi mismo yo
y mis demás COIDJ>añeros te ofrecemos o·bedecerte
y
ay;miarte
en todo lo que esté a nues.tro alcance.
·
Luego, son abrazados el mandón
y
el ccollana nuevos, por todos. Estos
conmovidos prometen cumplir
y
seguir los consejos de ellos y agasajan con
chlc·h_a y licor. Mientras tanto la mujer como
~a
hemos dicho más ade–
lante, hace beber a su marido
y ésta jamás deja
de hilar,
aun en
estos . momentos ceremoniosos. Nótese en que la mujer constituye un ele–
mento de ayuda y de constante trabajo. Es rara la ·mujer ociosa entre
los
indios, pues, siempre se la ve con el huso en la mano.
Kcaracuy.-Esta costumbre en nuestro concepto es,
se~uramente,
una
pervivencia de la época incai-ca. No incluimos en "el indio
y
las fiestas",
porque significa para nosotros una costumbre ancestral. Etimológicamente
significa: dar platos, repartir.
Es sabido que en la época incaica, los· funcionarios
correspondientes,
repartían las tierras destinadas
al
pueblo, según el número de hijos, según
fuesen varones o mujerés los recientes cónyuges. Esta misma
institución
existe en la parciaUdaid de Qqueromarca, !distrito de 'Dinta, ·co.n ciertas mo–
dificaciones:
(1).
La referida 90stumbre consiste en el reparto de las tierras de la co–
muni<lad, caida año en el Carnaval. Pero esta repar.tición no es sino virtual
y a veces una rectificación de linderos.
Veamos cómo se efectúa. Los mandatarios indios, denominados segun·
das, son los anfitriones de este cargo. Estos, como veremos en la parte per–
tinente, desempeñan una función aidministrativa in<ligena, entre la aun exis–
tente organización del "WARAY-OJ". Ocupan el segundo lugar
jerárquico
del alcalde de vara, de ahí su denominación. Aquel invita al Go·bernador, a
loE Jueces de Paz, al Alcalde Municipal, al Cura, de quien 11or el estado de
superstición en que se encuentra no puede Prescindir
y
a los demá'S veci–
nos notables del pueblo. Todos ellos van en comitiva a la referida parcia–
lidad y acompaña<los de todos los envarados, al son del pincumo
y
del tam–
bor. Guíanles unos bailarines
denominad.oswif~las.
Los wifalas son hombres
disfrazados -con unco negro-indumentaria inGásica-y hopalanidas blan–
cas, pegadas en los hombres; cruzados con unk'uñas de Yistosos
tejidos.
(1)
Tinta fué antiguamente llamada villa y en ella libróse una sin–
gular batalla en la Revolución de 1780 de Ttupac Amaru, cuando el feroz
Areche, hecho testimoniado con un cuadro histórico existente en el tem-
plo <le esa antigua población.
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