'ESTUDIOS INCAICOS
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los horrores que Las Casas dice haber visto. El
capitin Bernardo de Vargas Machuca, autor de la
Milicia y Descripci6n de las lndias,
lo contradice
escribiendo
Defensa de la conquista de las I ndias.
Pero a Carlos V conmueve el libro del ap6stol.
Siente que en
et
sangra una pluma sincera. Lo
escucha. Lo comprende. Cabe a
et
esta gloria que
raramente corresponde a los poderosos: la de haber
entrevisto
la
verdad en las palabras del defensor
de los indios.
Se nombra a Las Casas obispo del Cuzco ; pero
es este un obispado rico y ficil de regentear. El lo
rechaza. El no ha venido a Americ.a para gozar
prebendas, sino para luchar, para llevar luz y con–
suelo a sus hijos, los indios. Y acepta el obispado
de Chiapas, obispado pobre y lejano. Pero en su
lucha, ha ido dejando su juventud y su edad ma–
dura; Las Casas tiene ahora setenta afios. No es
un viejo. En su alma hay el mismo ardor. Su fe
es la misma, vehemente. Predica y escribe como si
tuviese treinta afios. Sus derrotas no lo afectan mas
que transitoriamente. Sus mas pequefios triunfos
le dan brios incontenibles.
~Que
fracas6 su pro–
yecto de cofonizar
la
America con obreros paci–
ficos? El sabe bien que, a pesar del fracaso, esa era
Ia· verdad y, tesoneramente, no abandona nunca su
proyecto., aunque deba quedar en proyecto..Siendo
obispo de Chiapas escribe:
Avisos
y
reglas para los
confesores de los espaiioles que tienen a su cargo
los indios de las lndias del mar Oceana.
Son doce