ESTUDIOS INCAICOS
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los europeos, la admiraci6n puesta de relieve en el
apodo: "El Padre de los indios".
En aquel momento de heroismo y en aquel es–
cenario sin igual, aparece quizas ya en
1493,
a los
diez y ocbo afios, cuando el segundo viaje de Co–
lon; pero si con certeza ,_ en el tercero (
14
98) ,
la
figura aun sin relieve, simple soldado de la Con–
quista, el joven Bartolome de las Casas. iQue
hizo el, en America, hasta el dia en que escucban–
do
la
palabra ferviente de Montesinos, oye a Cris–
to mismo hablaodole al corazon angustiado y se
metamorfosea de guerrero en ap6stol? iFue cruel,
asesino, incendio, viol6 como los demas? c!Es el
arrepentimiento quien lo empuja por
la
nueva sen–
da de abnegaci6n?
Una conciencia,
la
de Fray Montesinos, encen–
dio la suya;
y
desde entonces
et
sera un encende–
dor de conciencias. La voz de su precursor le en–
sefi6 que hay una fuerza mas poderosa que
la
del
coraje subido en un corcel y blandiendo una es–
pada:
la
fuerza de
la
no violencia; y desde aquel
instante, el con
SU
obra de todos los dias, paciente,
resignado, incansable, verdadero heroe cristiano,
pone en accion esa fuerza duke, misteriosa e inven–
cible. Ahora: "El fuego brillara siempre en su co–
razon, pero ese fuego ha cambiado de natuqleza,
y
se llama piedad". Se orden6 en
1510,
y dijo su
primera m1sa en Cuba, isla desolada, martirizada
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