ESTUDIOS INCA/COS
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ro, sino tambien un agudo jurista, un teologo eru–
dito, un moralista elocuente, un polemista habit.
Su inteligencia no se hallaba por debajo de su al–
ma. Carlos V, otra vez se pone del lado de Las
Casas y da ordenes para reprimir los excesos de Ios
encomenderos y aminoraL' sus poderes.
La codicia de estos se habia mostrado mas cruel
aun que la de los soldados de la Conquista. EI
descubrimiento de las riquezas del imperio incaico,
los deslumbro. Sus minas fueron por ellos transfor–
madas en verdaderos lugares de tortura. Los indi–
genas morian por millares. Las Casas fija su emo–
cionada indignacion en lo que alli ocurre: Conde–
na Ia falacia que hace morir al emperador Atahual–
pa despues de hacerle pagar un fabuloso rescate.
Condena la profanacion de las tumbas y los tem–
plos. Exige que los tesoros de Caxamarca sean de–
vueltos a los sucesores del Inca sacrificado. Da la
razon a los indios sublevados que defienden
SUS
tierras, sus instituciones, su
f
e religiosa de las que
se ven despojados. Defiende al conquistador Huay–
na Capac, padre del Inca ajusticiado - "asesina–
do" dice el Padre Las Casas - contra croniqueros
que pretendian presentarlo . como un usurpador y
justificar asi desmanes y despojos:
"l
Si Ios espa–
fioles Haman usurpador a Huayna Capac, que son
ellos? - pregunta.
"Una vez mas todavia, Las Casas exhorta a los
espafioles a respetar la justicia y la piedad. Siem–
pre son los m1smos argument_os Ios que
et
invoca,