Table of Contents Table of Contents
Previous Page  118 / 210 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 118 / 210 Next Page
Page Background

114

ERNESTO MORALES

Conseguida esa citedra, la silenciosa existencia

del gran Maestro,

f

ecunda como un rio subterri–

neo, se hace mas silenciosa: se consagra a enseiiar.

i

Y de que manera

!

Pedagogo instintivo, magne–

tizaba a su auditorio. T ransformaba en vergel flo–

rido

la

yerma disciplina universitaria. Asi vivi6

basta

1546,

siempre ensefiando, aun en

SUS

ulti–

IDOS

tiempos en que ya paralitico se hacia traspor–

tar en silla de ruedas hasta su dtedra. En vida no

public6 libro alguno. Su sabiduria era tanta que

iba acompaiiada de

la

mas evidente humildad. Y

sus

Relecciones,

obra postuma, hecha por sus ad–

miradores, recogiendo y ordenando los apuntes de

sus discipulos, lo coloca como un precursor de Al–

berico Gentilis, el italiano celeberrimo, y del ho-

debia explicar durante varios dias los extremos que les co–

rrespondiesen; eran jueces de la contienda los estudiantes de

la Universidad, que con sus votos decidian la adjudicaci6n ;

tratabase, mas que de una especie de sufragio universal es–

colar, de una votaci6n proporcional, ya que cada estudiante

podia depositar tanto sufragios como cursos tuviese aproba–

dos en la facultad respectiva; las oposiciones no se verifi–

caban sin despertar gran apasionamiento, debido en parte al

caracter bullicioso del mundo escolar; perQ el gran numero

de sufragistas participantes en la decision, haria imposible

la captaci6n, por medias indeseables, de la voluntad de los

electores. Baste decir que toda la ciudad tomaba parte directa

o

indirecta en esos torneos cientificos, y la vida de los sal–

mantinos aparecia ligada durante esos dias de actuaci6n a la

marcha de los ejercicios.

-

Barcia Trelles. Obra citada.