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En ciento diez · y ocho predomina la línea curva o
la
curva combinada con la recta»
(op.
I, pág.
182).
Todo lo cual) sin duda, tiene un cierto carácter sim–
bólico, además del
estético...
Entre sus :figuras anim.a1es o humanas, pintadas
o modeladas sobre estos objetos, hay también algu–
nas notables. Por lo común son representaciones de
.. animales, al parecer sagrados : 'suris ', sapos, laigar–
tos, víboras.· .. Igualmente hay .caricaturizados con
predilección
rostro~
humanos; en muchos de los cua–
les sorprende cómo, con unos cuantos trazos grotes–
c<;>s, se
b_a
conseguido expresar tan bien, una acti-
tud, una emoción, un gesto...
~
En cuanto a los ídolos
y
demás objetos trabajados
en barro, en piedra, en madera
y
en hueso, muchos
hay sumamente interesantes, y más de uno hermo–
so... Describiendo algunos de estos ídolo_s, se pre–
gunta Quiroga:
«
io
Esas caras representan a los hom–
bres o a los dioses
31
io
Esas figuras monstruosas son
puros caprfohos de la
fflintasía
artíst_ica del indio o
son deidades funestas, fo1jadas por el sueño, el te–
rror o la superstición' Las figuras de los útiles do–
mésticos o de los objetos de arte o industria,
~son
simples adornos de los alfareros
nativos~
»
(op.
I,
pág.
197).
Pero, sea como fuere, nosotros diremos
que todas esas figuras, en cuanto son 'forma', son
estética.
4.
De los sonidos.
-
Pocos rastros ffe afición mu–
sical han dejado los diaguitas. En sus cementerios