, - 87 -
sólo debemos observar, a guisa de simple comenta–
rio, que entre esas figuras bay nna tosca 'cruz' en
amarillo, y un guerrero con su arma al hombro, que
más que soldado peruano se dijera un soldado espa–
ñol de infantería, del siglo
XVI. . .
Otros petroglyfos conocidos son los encontrarlos
en Quilmes, Loma Rica., Las Ollilca.s,
Andahual~,
Ampajanco_, San Pedro ·de Oolalao, Condorhuasi,
etc., todos ellos pertenecientes a la región diagui–
ta (30) .
Fnera ya de eRta zona, según el mapa etnográfico
de Boman, en el departa.mento salteño de Metán (con–
tiguo al de Guachipas), hemos tenido ocasión de vi–
sitar y ver los petrog·lyfos de la
'Oa.sa, de piedra' en
el cerro Colorado... Es corno un pequeño anfiteatro
formado por rocosos montículos, en medio de ondu–
lada llanura. Dentro de este anfiteatro, cuya ntra–
da no· es fácil hallar, se encuentra la 'Casa de pie–
dra', una gruta, mejor dicho nna amplia cueva abierta
en el peñón rojo de uno de los montículos. Pues bien;
en el interior de esta cueva hay grabados y pintu–
ras variadas : dibujos o inscripcione hechas con
hoyitos redondos; animales, principalmente vicu–
ñas o llamas pintadas, unas en negro, otras en blan–
co, y alguna en café. En la parte superior, esto es
en el cielo de la cueva, hay dibujada en blanco una
circunferencia con rayos, que parece
el sol_,
y muy
próxima otra sin ellos, que parece
la
l'lina;
es decir,
1nti
y
Marna-Quilla...
Es de creer, pues, que estos petroglyfos, no sien-