Table of Contents Table of Contents
Previous Page  185 / 298 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 185 / 298 Next Page
Page Background

- 181 -

que ver las paredes terrosas comidas de salitre, lle–

nas de remiendos; los techos terrosos, donde con

otras yerbas, crecían verdolagas...

2.

Iglesias

y

conventos.

-

Frente a la plaza, sin

duda, estaba la Iglesia Catedral, donde solía decir

m~sa

su Ilustrísima, el Obispo Vitoria. Este edificio

no se difenciaría de los otros, exteriormente, sino

en lo espacioso y en una torrecilla o simple marco

de madera, coronado por una cruz y de donde col–

gaba una campana. Había también, cuando Velasco,

dos conventos de frailes: uno de Nuestra Señora

de la Merced,

apena~

con dos religiosos,

,y

el otiro de

San Francisco, que albergaba seis, entre ellos fray

Juan de Rivadeneira, bondadoso y amado de to ·

dos ...

Pero había, además, uno de domínicos, que 'más

era codna que convento', llamado con cierta pom–

pa 'Santo Domingo el Real', habitado - para ma–

yor desdicha - por un solo religioso. Al pasar por

ahí fray Reginaldo de Lizárraga lo retiró, pues, co–

mo decía él, 'un solo fraile en nn convento, y en

un pueblo,

~qué

ha de

hacer~'

Hacía poco que llegaron también dos padres je–

suítas ·- 'teatinos-', como se les llamaba -

y

pos–

teriormente, con el gobernador Ramírez de Velasco

vil?-o un tercero. Los dos primeros eran los famosos

misioneros Francisco de Angulo

y

Alonso

de

Bar–

zana, que tanto hemos nombrado. El Padre Barzana,

siempre andaba afnera bautizando

y

casando infle-