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arte arquitectónico) irnaginándo
al mi mo tiempo, que la abun lancia
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ro y piedra preciosa habí , up ra. o la
fa
tno as de crip ione
d 1 lujo orjental, que la fanta
ía
de S heh raza la upi ra presentar a la
cr tlulidad de lo epí ·ono .
El examen científico empezó a ocupar.. e del a unto r lativamente tar–
de. La tarea resultó dificil pue lo invasore habían saqu ado el tem–
plo, los monje de trnído el e Eficio y hecho le la ruina la ca a de sn
pr pio Dio . En la antigu crónica.. , por cierto, hay numero as d -
cripcione de tanto brillo de aparecido; perü todo esos informes deben
er con ultados con re erva, pues us antore ., , tanto españoles cuanto
indios, conoced.ore del idioma de sus opresores, se ba aban a menudo
en lo que habían oído decir, y al cotejar esas antigua fuentes, tropeza–
mos con varias contradicciones. Importancia especial alcanzó la obra de
Garcila o le la Vega, descendiente, egún afirma., de los Incas, el único .
de los cronistas que pudo ser consultado durante largo lustro , pue sns
Oornentarios Reales)
fneron publicados ya en aquella época y reeditados
varias vece , lo que no sucedió con otras crónicas no menos importan–
te . Con ignieron a
í
gran influencia, mientra que los manu critos de
otros autores, ante todo los de Oobo
y
Uieza de León, hasta hace muy
poco tiempo, no han podido ser aprovecharlo por la inve tigación
científica. Pero, aún así, qneda mucho por hacer todavía, sobre tod
c ando sus antore eran indio , como Pachacuti Salcamayhua, de quien
b~blare~os
todavía
.má
adelante; pues, en e te ca o, la redacción esti–
lí
tica y fraseológica tiene qu · er juzgada desde el mismo punto de
vista que una leyenda en u texto original) que abunda en anticipacio–
nes y anacroni
"IDO .
A
í
se explica que Jnan Jacobo von T chudi ólo insuficientemente
con iguiera cumplir su tarea cuando de licara, en el afio
°I891,
en u
Oontribiwiones citlturohistórioas
y
lingiiística.s parci el conocimiento del
antiguo
Perú)
un capítulo especial al t rnplo del Sol en el Cuzco.
Los en ayo. para recon truir el plano de Corica,ncha o «Patio de oro»,
son difícile y, por parte, imposibles, pues, desde el año 1533, en que fué
conquistada la ciudad, el templo fué destruido en gran parte,
y
ufdó
una serie de transformaciones por lo cambios ucesivos. Al repartirse
los terrenos de la ciurlad entre los conquistadore. , le tocó a don Juan
Pizarro hermano <lel capitán don Francisco,
y '
te e lo regaló a
Ta
orden de lo padre domínicos, en cuya propiedad ha quedado hasta la