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ágina 218.

Tambi "n afirma

Garcila.so

refiriéndo a u compatri ta (I, libro ,

cap.

10)

que al cielo llaman «el mundo alto ».

El sol

En la línea que iguen completamo lo dato anteriore refer nt ..

al Sol (ver páginas 32 y

~

ig.). Dejamos, empero, todo lo que

refi re a

los equinoccio y ol ticios (con el tema

Huatana)

y al calendario

el

lo

antiguos peruano , pues los re pectivos datos, insuficientes, y a ve

e.

contradictorio , nece itan ser aclarado en el mismo Perú.

El culto del Sol era una de las ba e , -en cierta época la principal, de

la religión de los antiguos pernano ; véase lo que dice el padre Uobo

(III, p. 324):

<<El dios más respetado dellos, después del

Vircwocha,

era el que más

campea y se señala entre todas las criaturas corporales, que es el Sol;

cuya veneración creció mucho por la diligencia de los Incas, que como

se-jactaban de hijos suyo , pusieron todo u conato en autorizarla y

levantarla de punto con más lucido culto, número de sacerdote y fre–

cuencia de ofrendas y sacrificios... Tenían creído que el

Pcwhayachcwhic

había dado al Sol virtud para criar todas la comida juntamente con la

Tierra, de donde :q_ació tenerlo por la mayor Gnaca de todas después lel

Viracáchci

j

y a

í

se llamaba

Apit-Inti)

que quiere decir «el Hefior Sol » ;

pintábanlo 'en n imaginación como si fuera hombre, y consiguientemente

decían que la Luna era su mujer y las estrellas hijas de entrambos.»

Lo sacrificios humanos hechos al astro solar en el antiguo Perú son

bien conocidos; baste récordar que en la cuarta

guaca

(e tación o adora–

torio del quinto

ceqite

(camino) que llevaba desde Coricancha campo

afuera, llamada

Aiwaypclttci

(la plaza principal, que al presente también

lo es), «hacía el sacrificio nniver al

pa.ra

el Sol y las demá.

g

iaoas»

(Polo

apiid

Cobo, IV,

.p.

15).

Menos conocida es la representación del Sol en forma de nn ave:

e

~ Man

·o Capac traía consigo un pájaro como balcón, llamado

hindi

[debe