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nue tra monogr'
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- t ácitament , in razonar "' obr el punto - que n la e fera
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aborfg ne udam rican , haya la mi.;: ma con telacion , tanto ai L .–
da como zodia ale. , que n
1
mundo anti ·uo prejuicio p rjndicial hl
e...: tudiar la mentalidad d
.l
hombre primi ivo.
Resp cto a la l retendida id n idad
el
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r taci ' n n la
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ra
eura iática y
~ udamericanai,
rle ierta
con telcwion s a,'slada
1
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diar e nue "tra
Mitolog
' ci
suilwner ·cana
IV, cuya introducción fre , a
1
mismo tiem1 o, una inor i obre los punto l vi ta qu han l ob er–
Yar e ante de entrar en materia de a
tro~no
ía
primitiva.
Todo lo que se r efiere a un pretendido
~odíaco
udarnericano, o má ...
bi n dicho peruano, ya ha ido tema de la presente investigación (pp.
1'
y igs. ). Además, en la páginas 24 a 25 de la recien citada monografí,
IV, hay dato generales obre la edad y procerl.encia de nue tro zodíaco
clásico. E de origen sumérico, pasó a los babilonios
y
le ello a todas
partes del mundo antiguo; comprobar la identida l aun de uno olo de su
signos, con una con telación
I
eruana, eomprobaría una antiquí ima co–
rrelación entre ambas esfera ; pero veremo que lo antiguos Peruano ,
ni siquiera conocían un zodíaco, es decir una faja. de cierto número d
con telacione , corFediza y circulatoria <le de el punto de vi ta
g~océn
trico.
Al iniciar nue tra inve tigación obre la a ' trogno
fa
de los antiguo.
peruanos, ya hemos hecho desfilar alguno de lo artículo que e han
ocupado especialmente de e ta materia; pero nue tra re eña lJLtórica ,
no será ni ha de
~
er completa, pue tal trabajo no correspondería, de ma–
nera alguna., a lo result.ado . Podría decirse, en tal caso, con el Mefi tó–
fele de Goethe
(Fau
t o, 2ª l arte, ca i al fin) : Ein gros. er Aufwan 1,
clunahlich
!
i
t
vertan
!
Comr letanrl.o lo que ya
fu '
dicho anteriormente en lás l)ágina
17
a
19 re ulta lo iguiente:
El primero, tal vez, que e tudiara e pecialmente los conocimiento a. -