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e\; 1 ecial: tal particularidad d be
tener u b e r al.
É
ta. bu camos en un constela ión notable por si te
' tr lla , p qu ña y muy junta. : en la Pléyarla
1
•
Puede pregun-
entonce " por qn / Pa.chacuti (y con 61
8US
compatriota ), al dibujar
lo i te
~
de
Irnainiana)
los han
J
echo como tale y no como e tre–
lla . e t
1
.specto, ob ervo que también n ,otra partes· de la América
precolombina, por ejemplo en el antiguo México
2
,
cierta e tr lla , en
lo. dibujo "' jeroglífico
y
plá tico , fueron repre entada p9r
ojos,
muy
l arecido a los de
Iniciiniana)
sin que por el momento fue e posible com·
probar un conexo mitológico de mayor alcance.
Debe ahora aclarar e una dificulta
i
q ne surge al consultar los diccio–
nario , etc., que traducen la voz: Pléyadas (Siete Cabrilla ), con:
oncoy
(enfermedad) o con:
koHka
(troje, granero)
3 •
Respecto al término pri-
t
El conc pto mitológico de la Pl é. ada como la cab za de un héroe
i
i
ral,
exi. te entre lo s Taulipáng, tribn caraíbica del B_ra
il
septentrional , p ro nada ti ne
que v r con la fórmula mitológica: Pléyacla =ojo , pues en aquel ca o, a la cabeza
(la
Pl,éyada ), pertenecen, aunque de importancia secundaria, tambi én el cuerpo
' (la Híada ), el tra ro (la , trella
Bellat1··ix )
una de la pierna ( l Tahalí) de Zi–
lika aí, «el hombre con una . ola pierna». El tema fué tra aclo con abundancia de
1
talle en nue tra
Mitología nclarnm·icana,
I
r,
n
Revista del Mus eo de La Plata,
../XVIII, pp. 103-145, 1924 (ver ante todo p. 4,
fig . -).
2
SELER,
Ge amnielte .Abhandlitngen ...
II, p .
776;
V, p.
514, Berlín, 1904-1916.
Véa e también
BEYEH,
Das Auge in cler altnwx ikani schen Synibolili,
en
Archiv
.fii1·
An–
thropologie,
.
:F .,
X pp. 39-42, Braun ch eig, 1911.
K
:r mu.,
Einige griind éit liche Be.nierki¿ngen über onne, Mond nnd Sterne i ni alten
Merciko,
e11
Zeit ohrift fiir Ethnolog·e,
XLIII, pp. 22-929, B rlín, 1911.
' 7
Die 'i\ayarit-Expedition ...
pp.
X ./Y,
x ·n,
L ipzig, 1912.
3
Entr los habitante 1e la provinci a arg ntina de Santiago
el
1 E . t ro que ha–
blan 1 q uichna como idioma propio, nue. tra · Pl da se llama.n «La t aruca.
» (
co–
municaci n pi tolar del ·efíor Ramón Carrillo). La voz e quichua
(tantea,
ciervo,
enado : Holguín, p. 35 ; Mo i I, n ° 243; T chudi) p. 495; Miclclendorf, p. 814)
y
fo '
incorporada, con l g ' nero ne corre ponde a la vocal :final, al 1 nguaJe popu–
lar d aqu lla · r o·ion ;
tamLi
n corre en Tucnmán (Lrzo :rno B
RDA,
Estiulios,
etc. ,
p.
33 ).