EN LA Tlli:RRA DE LOS INCAS
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to reli8ve. Aunque son g igantescos estos bloques, resul–
tan pequeños en comparación con las "piedras cansadas"
que se enc uentra n sobre o al pie del plano inclinado que as–
ciende a la fortaleza, corno si hubieran sido abandonadas
por los antiguos· obreros. Una de estas es de
21
pies
6
p~l
g¡-Jdas de
larg·o por
15
pies de ancho, está hundida en parte
en el terreno pero presenta uu espeso r de cinco pies por enci–
ma
dPl !melo.
L a vista. desde l a fortaleza., es en todas dirP.cciones, ma–
ravillo¡;¡a po r sn variedad , sus contraHtes, su belleza
y
gran–
dio~;idad.
Todo el valle de Oll a n tay t a mbo, está converti–
do en umt especie de jardín po1· un sistema de terrazas, que
una debajo de la otra. descie u•len po r escalones hasta el río,
niveladas como mesas d e billar o a
lo
su mo con la incli–
n ac ión indispensable para la fá.cil irrigac
'i.ém. La orill-a más
lejana, del río corre por el pie mismo de
la::; desn udas mon–
tañ <.LS
ma.jestnosas
y
recibe eu ángul0 recto el torrente
t nrbulen tu de l;L montaña
alimentad~
po1· el deshielo, al
qu e he aludido. que Je:-;c iende del valle empinado o quebra–
da Je Pa.taca.tlclla o ;\ a r
~lcochtt,
londe una eneirna de o–
tra. se ele va.n largas s .rie.s de ve rd Ps awlen es c<i>mo los. a–
si9utos de un anríteat¡·o romano. La
port¡¡,d¿:¿
p0r la cual in–
g t·esamos a e,.;te
1
·arran1lo...;o ''a.lie se ve obscura
y
prohibi–
ti,-a
:y
la. for t,alez.a uu t:orl'es
qn~
la d e fiend e parece torva
y
anwna
zan te bajo la sombra de hts montañas que la cir–
•·u,; .:-!•
.,il.
H.íoabajo se ve el n evado ue Chic()l¡ munaimente
Ri leneio~:~o
y pálido que parece
~errar
todos los cn.minos
y
rPpeler torht aproximación. Fr·ente a nosotros, más nota–
ble e imptesionante que
todo está el
cerm d e Pincullu–
ua
o ··co linade los ftau t i;; ta.s''
(1)
una mole abr·upta de ro–
ca
exJolia.dade miles de pie:; ele alto,
r~co rtando
nítidamen-
(1)
De
opincuyllt~,
especie de flauta pequeña. Sobre el instrumen–
tal
y
las canwtíristicas d e la música incaica cons l\ltese la tesis del
mal og-rado profesor Leandro Alviña , publit:<Lda po r
la
niversidad
del Cuzco.
Los p¡dsajes de U rubamba han inspi rado bellos artículos descrra–
cia.damen te dispersos, como
" El
Pisona.y d e Pine ulluna" d e
Ra1~ón
:-l'adal ele un romanticismo evocadof de los días de la
adule~encia.- N .
del T.
c·omo la made ra, ojos, o la fruta, pepa.s, núcleos que en Petrografía se
llat.1a n n dulos,amigdalas, inclusiones,
&
y parece que el picapedrero
los dej ó
po1·qn~
al pretender quitarlos no le resultaran llagas o rn uldes
en ll aga ele las amigdalas, cosa ,que no pudo ev ita r en todos los casos,
pnes tales ll agas de diversos tamaños se n otan
&
la vista ,
y
mejo r
aún a l tacto.-
. del T .