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EXPLORACTON E INC'IDB TES D!!:
VI
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quinina, quince en la mailaña; cald o de pullo, ralo, al roe–
dio d ía.
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curación completn duró tres días.
Teníamos algnna dificultad en disponer nuestros col–
chones en nuestro estre
cho cuarto cuando vioo el st--ñor 13P–
navent.e y participó de
nuest.rocaté y coñac. Le pregnntf'
· minu ciosamente ¡.;obre
las¡.¡
ntigüedades, la fortnleza., la Ro–
ca 'l'a rpeya, lns grandes" Piedras Cansadas ', las can te ras, el
Puente Incaico, y sol>1·e todas las coBas mant,-illos;t:-; qne se
nosdijo existían allí. Sobre todo elloparecíamuyc nfuni!ilo
el señor gobt-ruador,
y
según creímos, mny ig no rante.
Po1·
último abrumado por nuest.tas pteguntas, dijo r¡ne tenía.
un libto que llablaba de todo lo concernien te a
'll)8
Reyes In–
ca,s
y que lo traería. Lo hizo en efecto,
J
era la traducci(>n
de "El Perú" de Prescott.
Al día siguieute nos levantamos y salimos
t emprano.
La mañana aunque
un tanto fría Hra cla ra
y
magnífica.
_0,:¡
un solo rayo de luz
llegu.baa l fondo del valle, pero las nu–
bes que se adhE:rían
a la.s cumbres de las altas moutaf1aR Je
uno
y
otro lado, eran de oro
y
g:nwa. Parecía que la luz no
llegaba
'na la gi()'antesca <e UI I'J bre de Chicón que se elera–
ba to<;lavía
aelmn t~
de nosot ros tan silenciosa y pR.Iidrt co–
ruola muer e v tan remota como siempre. Las montañas de
todo el cJ 1torno, como .va he dicho, son
escarpada~">
y
pre–
cipitosa , si-n embargo, a rnilers Je piE-s de a ltura, distingui–
mos
;:~c.,
so !le io::i acantilados
rocoso~
a lus
qu l:
pt:~.n:!~e
:-.ú–
lo los cóndorQs pueden llegar, edificios regula r es
y
grandP!'l.
Uno en particular parecía es tar colgado encima de la casa
rústica pero hospitalaria dPl gobernador. Dijo éste queja–
más había sido v isitado por ningún
se r humano en los
tiempos mode rnos. Al o írlo, .Mr. C... ... ......llizo promesa dt:3
escalar hasta él
y
de medido a l mismo tiempo, lo cual cau–
só el asombro no sólo del g-oberuador sino de los ciudaJa–
nos de color choc-olate
deOlfá ntaytambo.
Enü:e la hora. dt:>l c
<1.féy la del almuerzo, fuírnos condu–
cidos por
la rg-a::; secPi
ones de muro::-rde terrazas y por la.s
calles de Ollc:Ln tu_ytalll bo-cuyo pla1w
y
estructura apena.;;
han cambiado Jesde lu época de los locas-a través de
UQ
1·iachuelo
turbulPIJtO
y
frío,
alimentadQ por el deshielo de
los glaciares, de color lechoso, debido a
lm~
materiales del
cauce que lleva en suspensión,
y
que deschmde de la qu(>–
hrada tranBversal de Patacancha a la fortaleza-obra é::;ta
menos iruportante que la de Sacsahuaman, pero más com–
J.llicada
y
con igu a.leR caracteres de perfección.
Durante mi permanencia de dos semanas en Ollantay–
t.ambo, ascendí a menudo a la fortaleza, tomé meclidaF:,
dibujé
y
fotografié lo
asp cto m!is impcrtantes. Está