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Imperial de Poto
í",
cap. V.
Es
forzoso beber en
su fuente.
Serían las ocho del día
C)
-
dice - cuando
don P dro de Montejo y su padrino, .con mucho
acompañamiento de a pie, llegó
al
sitio dond ha–
bía de er la san!rrienta batalla. Venía en un buen
caballo y su per ona bien guarnecida. Sobre un
jubón e tofado llevaba su finí ima cota y encima
una coraza :fuerte forrada en terciopelo azul; obre
ella, una ropilla del mismo terciopelo, labrada con
Ol'O
y
sembrada de muchas gal'Jras de plata. Las
plumas del ca co eran punzóes, azules y blancas;
la adarga finísima y la lanza gruesa con do cerros.
Parecía bien a todos u gallardía y galas junto con
la lo an' del caballo Al 'nger, u padrino, venía
tambi 'n n
llo
o, no
a.n.
galano fuerte
como el
fo
t
jo. u J?erso a mu b'en armada
as una ro a e b 'ocato e;rde reca-
--..~-:::
cu o ae;ul on una
á
·uila negra,
exte
,a
a
de o:d a
o~da.
1Jl vaba en la
lanz, un pendoncil o rojo y puesto en él una
1
y
una
O
encima, que decía !Imperio.
''Luego que entraron estos dos guerr ros, dieron
vuelta por el espacio y acabada, e pusieron de
un lado
y
asi esperal'on a sus contrarios. No tar–
dal'on en venir.
"Luego asomaron con gran ruid1o de trompetás
y
acompañados con amigos así a pie como a caba–
llo. Quedó aparte la compañía y entró Vasco Go–
dines solo con Ega' de Guzmán, su padrino.
' 'Venía Godines sobre un brioso y hermoso ca–
ballo, muy bien armado con una fuerte cota y en–
cima un finísimo peto. Sobre las armas traía una
(2) En marZ'O de 1552.