LA MONTAÑA ESTUrPffiiNDA
Resultado ineludible de mi excurs10n potosina
tenía que ser la ascensión al cerro: ('). Después de
la Gasa de la Moneda, con trasuntos de Aloázar
Real
y
de Bastilla; después de correr templos anta–
ñones, buscando el rastro colonial en el churrigue–
resco
y
en las telas de Pérez !Lolguín; despué de
vagar por
e
ia.s,
por la plazoleta abigarrada,
p01r el ca
e.jóy
el aledaño, recogiendo todo este
pintoresco españo
i
mo ab]Joquelado en su
l~genda
ria tradici'
untaña fabulosa tenía que poner
epílogQ a ta
:a
esíl!, co.n.
S11
:úot de encantado–
ra emotividad.
(1) "El Tiempo" de Potosí, registró con amable fi–
nezoa, y en su edición del 3 de noviembre de 1916, esta
ascención a la histórica montaña. He aquí el suelto de
este importante diario, publicado bajo el epígrafe "El
viaje del señor Molins":
"Después de una permanencia de varios días en esta
ciudad, ha partido en el tren de ayer con dirección a
Buenos Aires, el distinguido publicista argentino señor
W. Jaime Molins.
"D ante su corta esta'día ha realizado excursiones a
ingenios y minas, tomando notas para la obra
qu~
se
propone editar. Los señores Richard, Echeverry
y
Soux,
con la exquisita amabilidad que les distingue, han a·gasa-