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XIV. -
Cuando vea arder el .;yfi ti,
ornitando
fuego, te ha de acordar cómo por ti arde mi opri–
mido corazón' '.
Esta es la traducción ajustada, que compite al
canto original. Sujetarla a la estrofa ca tellana,
sería profanar el concepto de la composición,
li–
braaa,
fftá
a la acción subjeti a
y
a:
la inducción
f osófica que
al
e
E
·
i
a de los
ue Jiua
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i ma r o e
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es sentí-
e o o no en
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lexico OO'Ía, gráfico en
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de sus mon-
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a que
ve en el Ctlntacto carnal
de
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atm
za,
r
io
g
,e la dialécti–
ca . a
a especulacion rima a
a
otras lenguas.
,., · ina.yqui ", ]3al bra de la tercer estrofa, quiere
decir todo esto: ''por donde tú tienes que ir'';
"illarejpacba~',
de la duodéeima, "mientras tú
vi–
vas en la tierra". ¿.Puede pedirse una síntesis más
sugeridora
1
¡,
Puede pedirse un más grande eseollo
para llevar a las lenguas latinas
este verso,
sin
el peligro de la alteración conceptual? Deben ha–
berlo juzgado así los apologistas del quechua
y
peruanistas versificadores, que no han intentado
jamás la traducción precisa
y
rimada de estas es–
trofas. Unicamente la imitación ha tenido en el
doctor José Armando Miéndez, un bien inteneiona–
do
y
hasta feliz intérprete. De esta parodia resul-