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nes de importación cantábrica y couquistadorea
churriguerescos ? ¿Letanías a P achacamac y a
J
e–
sús, en indistinta advocación? ¿Versos vallejanos,
mechados con sentimiento español? Sonsonetes me–
didos y aconsonantados?. . . No.
Eso
no es ni de–
.bió ser una expresión genuina del alma regional.
LP.oreso es que en este desconcierto de la investi–
gación sobre el carácter autócton-o de los pueblos
difundidos en el altiplano, debemos fijar la aten–
ción en ese poema silvestre de Huallparrimachi, to–
nalizado en los matices salvajes de la naturaleza
y hasta cuya médula no llegaron
ni
el sentimiento
ni la forma de importación.
A mi paso p<Pr Potosí, cuna de poeta, he rec<r
gido el romance.
o proporciona un eruto
hi~toriador de la
Y-'
1
113! ImpeTial
Y.
escr::upulo¡So q e–
chuista, quien, a s ve. , lo :ha omado delJ recital
auténtico de su m ios, para lle-varlo al papel con
la
má.s
aproximatla ortografía :
I.-'
'ICiheckachu urpilay
RJipusaj ninqui
Oaru llactata
Mlanan cuticña
f
II. -Pitam sackenqui
Ckanmantucujta
Sinchej llaquiypi
Asuicunaypaj ?
III. -Rinayqui ñanta
Ccahuarichihuay
:&auparicuspa huackaynillahuan
Cchajchumusckasaj.