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V. - Cuando la sed, me digas que te aqueja,
mis lágrimas, convirtiéndose en lluvia, mitigarán
tu sed.
VI. - Ingrata, hija de una roca, ¿por qué me
dejas?
VII. - Pollita todavía eras, paloma mía, cuan–
do yo, como con el sol, me ofusqué al verte.
VIII. - Tus ojos, brillantes como estrellas, re–
luciendo como un relámpago en la oscuridad de la;
noche, me hacen soñar.
IX. - Ya :war
se perturba.
conoce ya.
X. - Pre . ' dome de cóndor las a as, iré a ha–
certe sombra. .Junto con el viento, volar quisiera
para acariciarte.
XI. - Pero ambos nuestra vida hemos enlaza–
do y ni la muerte logrará separanos. Por toda una
eternidad uno solo seremos.
XII. - Estoy yendo a buscar la muerte. Los
enemigos (los de la patria), levantando sus cam–
pamentos, ya vendrán.
XrH. -
Mientras te encuentres en este mundo,
la tristeza harás huir, y doquiera yo esté, tú sola
mi corazón harás latir mientras viva.