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má ) , ven dimiada
todas, para gloria de lo
que–
chuas,
p or
el can cionero de P otosí.
obre una de
estas composicione , -
"Munakusckay", -
me
dice en reciente carta un e tud io
01
de Potosí: ' ' e
un idilio de Teócrito que respira las fragan cia de
las florecillas del campo.
E's
cuanto p odía decir
de bello un infeliz indiecillo, sin más bienes que
l as p asacanas del monte y
los
j ilgueros del
campo.' '
La
revolución amer icana sorprende al p oeta abo–
r igen en su agreste epital amio.
Y
lo in corpora a
sus cruzados. E[ coronel Manuel Ascen cio P adi–
lla, ve ·na dJ
a doctr in a, -
hoy cantón, -
de
M:oro oro, le da
un
pu est(} en sus guerrillas.
Y
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p:r;
C
1
a
'
u
enardece,
en l e gn
queclrn.a,
el espíritu
d e r ebelión que
agita el sol ar. P elea como héroe
y
cae
denodada~
mente en la jornada de l as Carr etas, el 2 de agosto
de 18'16, d espués de cu atro días de gloriosa re–
sisten cia.
Así cayó este poeta, hijo de Potosí, pr íncipe im–
p erial de Viracochas y por r eyes de E sp aña. So–
bre su testa, -
sospecharon un día l os p r ohombres
de Buenos Aires, -
pudo a justarse la corona res–
tauradora del Imperio d el Sol . . ,