Table of Contents Table of Contents
Previous Page  142 / 168 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 142 / 168 Next Page
Page Background

-

13

español, los bronquios del cerro, ha florecido nue–

vamente en las vetas de estaño; los socavone de

Oruro, que vaciaron las venas argentifera , hoy

cosechan sobre

y

wolfram

y

antimonio, mientras

Colquechaca adormece los te oros del mundo en

su vientre prolífico, a donde bajarán las genera–

ciones futuras, con el dragón de las maquinarias

y

la piqueta tenaz ...

Y la llama, precursora del tren, continúa como

el transporte secular, a través de los campos

a.t'l–

dos , salvando desfiladeros, con la agilidad del cor–

zo y la pruedencia de la mu1a, desuzándo e por

los faldones acantillados

y

ganando el crestón de

las sie.rras, sin qu

la mata de pasto avive su co–

dicia, mientra

pesa sobre sus lomos el saco de

metal, el a bor

e coQa, la cebolla; la fruta o el

maíz.

Sin duda alguna, se haí operado en este inapre–

ciable ru

·a or una degeneración que data del

tiempo d

la

nq i ta. Las llamas de la colonia

cargaban pesos de cuatro a seis arrobas en cami–

nos de largos días. .Ahora sólo resisten cincuenta

libras en jornadas de ocho a nueve leguas. Su ser–

vidumbre comienza a los tres años y termina, ge–

neralmente, a los doce. Parece que la naturaleza

del terreno influenciara en la complexión de este

cuadrúpedo. La llama del altiplano es más fuerte

que la del valle. ¡Y es raro

!

A los pastos jugosos

de las vegas, prefiere la paja de la altura, el

'~

iru' •

del altiplano o la '' cicuya'' de las grietas. .P'rocrea

más en los cerros que en la llanura;

y

más que por

los cerros, siente amor por los faldones de los gran–

des nevados. Montaña familiar es el Sorata; y más