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FERXANDO CHAVES
mente aturdida .ele Raúl en un amontonamiento confuso,
formando una masa impalpable de un peso desmesurado,
fabuloso que gravitaba sobre sus. hombros enflaquecidos.
Un enorme lago. un río inacabable ele aguas turbias que le
cercaba, ahogándole.
y
le obligaba a flotar rígido. inerte
sobre sus capas superiores, impotente, vencido; sin que pu–
diera sumergirse en él para dejarlo pasar por encima. me–
nos huirlo. alejarse triunfal ..... El caos.
E so se podía decir a un amigo, pero. allí. él no lo te–
nía.
Por eso. su amor reconcentrado alquitaránclose en su
a·lma solitaria, hermética: sin un espíritu enemigo que lo
combatiera en sus comienzos. crecía desatentado, prodi–
giosamente, como la vegetación lujuriosa de las selvas ·del
Ot·iente ....
Dominó el amplio miraje espiritua:l · cleil patrón quien
perdió el sabor de la lectura en la cual solía abstraerse con
beatífico deleite, en la
interminables veladas de la ha–
cienda.
Raúl quedaba perplejo cada vez que pensaba en su
extraño sentimiento. Una sensación confusa ele desorien–
tación. ele falta de equilihirio psíquico le invadía
y
creía
€aer en un abismo insondable.
La cara tranquila, morena ele la :Manuela le perseguía.
Sus ojos ele almendra. taciturnos. vagos, aterciopelados
ponían en todas 'partes su brillo melancólico, pleno de año–
ranzas. desbordante ele
audades .... Y el amo en una in–
consciente evocación histórica vió pasar por los cristales
oscuros ele los ojos tristísimos de la 1anuela. el áureo boa–
to ele los Inca sensuale
y
divino
de aque'l Atahuallpa
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