Table of Contents Table of Contents
Previous Page  29 / 334 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 29 / 334 Next Page
Page Background

PLATA Y BRONCE

prendían vaharaclas de aliento tomco de bienestar. Las

montañas enormes. de cabezas albas y cuerpos vio'letas,

aún

no se libraban por completo ele los tules vaporosos del

amanecer que les formaban túnicas translúcidas.

Bueyes perezo.sos mugían mansamente tumbados

so~

bre la tierra removida

Maiiana plácida ele tranquilo encanto en que los cam–

pos despertaban vibrantes. trémulos. ansiosos ck las cari–

cias del hombre. Clllf los destroza para fecundarlos, para

encomendarles la vida.

Y en ese alegre orto ·de belleza optimista. las dos in–

dias se afligían con desconsuelo

íntim~

por un fatal suceso

que se acercaba sin que ella pudieran detenerlo . More–

nas flores ele tristeza se mustiaba;, presintiendo el huracán

de lascivia que azotaría a la una inevitablemente. ¡Cómo

resistir al mandato del blanco libidinoso que dejaba, con

satánica desvergüenza. traslucir sus intenciones en la fau–

nesca sonrisa que contrajo sus labios al ordenar :-Ma–

nuda, mañana vendrás temprano! ¡Te necesito aquí en la

baciencla!

Y comprencLendo que la resistencia era imposible,

que Manuela después de pocos instantes debía ir a la ha–

<:ienda a entregarse al patrón. las indias se desesperaban.

¿Qué podían hacer para quebrantar la férrea voluntad

del amo? Tenían que resignarse y obedecerle con ese aca–

tamiento ancestral, con esa abyecta sumisión al blanco

impúdico

y"

ambicioso que extondió sus dominios por co–

dicia y prolongó sus vicíos raciales por lujuria.

Eran las siete de la mañana ya.

Subía el sol brillante por las nubes azulosas y se ten-