PLATA Y BRONCE.
~erró
la puerta, se acostó y a·pagó la luz rezongando:
-Razón tan tiene Gregorio de matar al niño.
*
*
* •
En un dia anterior Gregorio se informó con detalles
de la distribución de los muebles en
el
aposento de Raúl.
De ¡..lanuela ohtm·o todos los datos.
La
longa cohibida
por el temor y el respeto a su padre no pudo negarse a esa
im·estigación. Sólo una frase indecisa desató la cólera del
indio que la maltrató brutalmente' y le dijo.
-Ya has ele querer ir otra vez donde ño Raúl .
.-\Yergonzada la
~Ianue.Jano resistió más y sacudida
por
acceso~
de pánico, clió a su padre noticia circunstan–
ciada de las costumbres que tenían en la hacienda .
-Nunca echa llave la puerta del dormitorio-fué una
acla1·ación que alegró al concierto.
Contento del buen é:xito de su búsqueda, hasta dió una
palmada cariñosa en la espalda de su hija.
*
* *
Cuando· ,·ol dan ele la trilla. Gregorio y sus dos com–
pinches se refugiaron en el lecho pedregoso del torrente
y
acordaron las líneas generales de su proyecto.
eparáronse torvos, silenciosamente. Ellos mismos
se recataban hasta de sus cómplices. Cada uno tomó el ca–
mino de · u casa obsesionado por la representación del cri–
men que
Y
ida ya en sus cerebros.
261