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ALBORES EN EL LABERINTO
El descubrimiento de R ivet
es
-
sin duda alguna - la conquista
más importante que
se
ha cumplido basta hoy en el terreno de los oríge–
nes americanos. Nos permite, por primera vez establecer concordancias
con los datos somáticos y etnográficos. A pesar de la brevedad forzosa
de su nota preliminar no era el Dr. Rivet quien podía dejar de establecer
algunas correspondencias en esta dirección.
Es así que al lado de la afinidad lingüística melanesio-polinesia con
los indios de California,
se
colocan los siguientes hechos antropológicos:
presencia en California del tipo hipsystenocéfalo peculiar de Melanesia,
asociado con otras afinidades osteológicas (Ten Kate, Rivet, Verneau)
que lo acercan
a
la raza llamada de Lagoa Santa, que tuvo una difusión
muy amplia también en Sud América (Ecuador, Brasil, Patagonia), y,
ademfis, de una extensa correlación etnográfica, caracterizada por la hama–
ca, el poncho, máscaras de baile, instrumentos para machacar cortezas tex–
tiles, la invención del
kipu,
de puentes de lianas suspendidos, propulsor
de flechas, cerbatana, arco para bolas, rompecabezas de piedra en forma
de estrella, el uso de
la
cabeza del vencido como trofeo, la flauta de Pan,
el tambor para señales, la tintura
ika~ten,
las mutilaciones digitales en
señal de uto, y otras.
En cuanto a la inmigración de Austra ianos a Patagonia, no fal–
tan ·elementos ant opo óg·cos y etinográficos para eontirmar el resultado
de Rivet, aunque est s tíltimos sea n na turalmen te exigüos. siendo más
pobre el contenido d
cu ura mate ial de estos etnos. Rivet mencio–
na las e'\uiva enc1as encontr-adas po)' Graebner y Sahmidt, cuyos ejem–
plos .principales son: el manto de pieles, cabañas en forma de colmena,
técnica de trenzar cordones.
Mayores datos arroja la somatología, desde Verneau, quien faé el
primero en señalar en la Patagonia un tipo plací-braquicéfalo, netamen–
te australiano, basta V . Lebzelter, que en
1924
presentó al Congreso
de Goteborg un cráneo patagón muy característico bajo ese punto de
vista
(21 ) .
No es el caso de olvidar que en mi trabajo
(22).
anterior
al de Lebzelter, al estudiar, por encargo del Dr. Luis M.ª Torres, una
serie de cráneos del Museo de La Plata procedentes del lago Buenos
Aires, no solamente puse en relación con los . Australianos (pág. 127)
la conformación de los arcos superciliares, sino que insistí - en contra
de la opinión reinante - que para
la
etnogénesis argentina precolom-
;¡
( 2 1)
L EBZELTER,
V iktor. -
Ein Onaschiidel au.s Feuerland;
en
"XXI
Con·
gres lnrern. des Américaniste.s, Goteborg, 1924", págs.
4 2 2-4
34.
( 22)
l MBELLONI,
J. -
Habitantes neolíticos del Lago Buenor Aite1; docu–
m entos para la antropología
ffaica
de la Patagonia au.stral,
en " Revista dtl M nseo dt
La Plata", XXVII (1 9 23 ) , págs. 85-160.