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ALBORES EN EL LABERINTO
c100 o un indicio aislado, ni una civilización por un hecho etnográfico
aislado, cualquiera sea la importancia que dicho carácter físico o cultural
representa en el conjunto de los demás caracteres que se le asocian".
Las dos normas, pues, deben guiarnos en el camino de la verdad:
l.
9
tener como ficticia toda analogía que un antropólogo, etnógrafo o lin–
güista baya fundado sobre un hecho singular; 2.
9
rechazar, por seductora
que fuese, toda prueba antropológica, arqueológica o lingüística que no
tenga correspondencia en cada una de las demás disciplinas.
La triple concordancia, sin embargo, resultaría exclusivamente teóri–
ca, por la esterilidad absoluta de una de las tres ciencias.
En el campo lingüístico, a pesar de los muchos volúmenes que se bao
escrito, no hay un solo dato científico que compruebe satisfactoriamente
correlaciones extracontinentales. Sería ocioso pensar en las que con tanta
facilidad se bao fundado por escritores incompetentes. Con todo derecho
puede afirmar Rivet que "hasta ahora todos los esfuerzos para establecer
una relación entre las lenguas americanas y las lenguas"' del mundo antiguo
bao fracasado si se exceptúa el caso del Esquimo, cuyo parentesco con el
grupo Uralo altá,co es muy probable, si no seguro. Ante este insuceso
persistente, podíase temer que las lenguas americanas hubiesen perdido todo
vestigio de su origen lejano, en
el
curso de su larga evolución indepen–
diente".
Estas pala ras encabezan u'.n documento cuya importancia nadie po–
dría medir debidamente, porque con él se abre una época nueva en la his–
toria étnica de la América. Se rata de la comunicación leída por
el
Doctor _
Paul Rivet, en París, ante la "Academie des Inscriptions et Belles Lettres",
en la sesión de Diciembre
12
de
1924,
que está destinada a ser recordada
como una sesión histórica
(20).
Por vez primera se producen las pruebas de correlaciones lingüísticas
intercontioentales. Las correlaciones descubiertas por el Doctor Rivet son
dos, la primera entre el, grupo lingüístico Hoka, de Norte América,
y
la
familia idiomática melaneso-polinesia. El grupo Hoka comprende un gran
número de tribus situadas, con alguna solución de continuidad, a lo largo
de la costa pacífica, entre el· 43
9
y el
16º
de latitud, es decir, en una vasta
faja marítima cuyo límite septentrional es la región al sur de Oregón, y el
meridional, el istmo de Tehuantepec.
(2 0 )
RIVET, P . -
Les Mélanéso-Polynésiens et les Austcaliens en Amérique,
en " Comptes rendus des séances de 1' Académie des Inscriptions et Belles-Lettres"; Pa–
rís, 1924, págs. 335-342.
RIVET, P . -
Les origines de l'Homme Américain,
en " L' Antbropologie", XXXV
( 1925 ). págs. 293-319.