ESTELA D DE COPÁN
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neral. Respecto al caso particular que nos ocupa, los lectores' encontra–
rán en los capítulos que siguen algunas inducciones
y
datos concretos que
facilitan la comprensión del fenómeno.
Esta madera esculpida llega ante nosotros muy oportunamente
para recordarnos, con la simple elocuencia de los hechos, que la memo–
ria y la fantasía de los pueblos primitivos están sometidas· a leyes pro–
pias, en sus procesos Cle elaboración psíquica.
Ante el misterioso poder de asimiladón de elementos plásticos, y
desintegración de formas naturales, la mentalidad del anatómico debe
ceder el paso al etnólogo. Muy ingenuamente el naturalista imagina en–
contrar en los pueblos primitivos o semicivilizados la severidad "zooló–
gica" de un pintor de animales. En realidad, nadie podría negarles un
poder de observación y una fidelidad a veces asombrosa en el detalle; sin
embargo la creación,. en su conjunto, está en más estricta dependencia
con el espíritu del hombre que con las formas objetivas.
¿Cómo pueden seguir los morfóloges la mentalidad que dominó
a innumerables generaciones de artistas, hasta l!ealiza11 creaciones como
el águila heráldica de Mesopotamia y el dragón ala o del Asia oriental?
Miremos con espíritu comprensivo la "quimera" etrusca de Arezzo, ver–
dadero símbolo de esa plasticidad creadora. Plumas, mieml'>ros, pelaje y
garras, nada en ella s ficticio, ni disímil de los órganos de la naturaleza.
Y sin embargo, lo erdadern
lo irreal se tocan y confunden, sin que
resulte fácil delimitar las fronteras. Justamente lo mismo nos · ocurre
algunas mañanas, al recordar lo que hemos visto y vivido en el sueño.
Obsérvese nuestro grabado que reproduce una composición escultu–
ral (relieve n. 3) cÍe otra
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estela de Copán, que en las tablas de Mausdlay
está contraseñada por la le–
tra D. (figura 45). Ningún
naturalista podría decir si el
cuerpo imaginado por el ar–
tista maya pertenece a un
ave más que a una serpien–
te. De seguro la cabeza es la
de un elefante. Dientes, ore–
jas y trompa son más neta–
mente elefantescos que en
ninguna otra figura de las
que se han presentado como
tales en esta discusión; ade-
FIG. 45
FigurJ. esculpída en
la
cara posterior (relieve n. 3) de
la
estela
D
de Copá n.