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AMÉRICA lí BABILQN¡.A

mostrado que, al menos con _una aproximací0n muy satisfac;toria, puede

restauprse la fisonomfa

de

pueblos desaparecidos. Con toda evidencia,

después de las tentativas que en este- sentido se han reaili:zmdo en Amé–

rica (3), puédese afirmar <

!J.Ue

, también por este lado, los tiestos Óseos,

y

especialmente los cráneos, son fecu·ndos

en

·enseñanzas ·pa·ra quien sepa

ínterpi;etarlos:

crania

etiamnu.nc

loqu.u.ntm:.

Sin embargo, hay pueblos para quienes este métoc;lo no tiene apli–

cación. Es el caso de los Súmeros. Desgraciadamente no tenemos i;estos

.del esqueleto de ·esos prime-ros habitadores del ·va.lle mesopotámico.

Los cementerios encontrados por Loftus en ·:ftech, y p-or Tyilor en

Ur,

tan numerosos y tupidos que se ha supuesto que esos val'les forma–

ran un tiempo la necrópolis religiosa de toda la Babilonia, no han sido

u·tilizados con el fin

,di

reunir material para el antropólogo. Es cierto

que la tierra de esa región aluviaI, saturada de humedad, no es apta

.para conservar huesos, ni otra materia animal o vegetal, y no podemos

esperar los estupendos haUazgos que nos deparan las tierras secas de

Egipto. Sin embargo, que algunos esqueletos estuviesen ·en buenas con–

diciones de conservación, lo comprueban .las figuras y narraciones del

mismo Tylor.

Es cierto que, a poseer un abundante matería1 osteológico, se pre–

sentaría la difiícultad de separar· los restos de

la

estirpe que ·llamamos

súmera de las otras que en el misme suelo de Caldea_ vivieron y se

~1111Lüplicaro

junto a os súmeros después de ellos,

y

también contem–

poráneament_e/ (Hommel, Sayce, Lenormant) . Pero la antropología,

en circunstancias favorables y en ciertas Fegiones, ha logrado 11ealízar la

descriminací0n de las variedades humanas que rnnfundieron sus restos

en el mismo suelo .

"J'

enrage - escribe Eugenio Pittard ( 4) - a la pensée que les

archéologues qui exhumérent, des sols millenaires de

l'

Asie Occideniale,

tant d'admirables monuments, aient

é.té

sí peu préocupés des restes hu–

mains qu'ils rencontraíent! On ne protestera jamaís assez centr,e ce van–

dalisme scírntífique accompli par des hommes _qui p11étendent s'appeler

des hommes de science".

(3) W!LDER, H . H . -

The Physiognomle of the lndians of Soathem New

England,

en "American Antropologist" , XIV ( 19 12) , p. 415-4 3 6.

POYNTER,

C.

W. A. -

A stady of Nebraska Crania, en "Americ. Anthrop." ,

XVII (1915), p. 509-524.

También el autor de este escrito ha empleado el método reconstructivo inicbdo

por Kollmann, al intentar una reconstrucción fisonómica de los cráneos deforma:los

.sudamericanos, pata formar juicio acerca de los efectos' estético_s de esta práctica, tan

-difundida también entre los indígenas antiguos de la

A~gentina.

Ver lámina XIX.

(4)

PITTARD,

Eugene. -

Les races et l'histoire;

ya citado ; pág.

388.