ASNOS DE LA MONTAÑA
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Elamitas. En el texto de un conjuro de los Súmeros, conservado por
inscripciones (31) , para significar que los espíritus malignos
q.ueaten–
tan a la felicidad del hombre son innumerables, ·la fórmula chamánica
dice: "Los demonios crecían como los asnos del Este [caballos] en
la montaña". Tanto hemiones y onagros, como caballos_se reproducen
aún hoy en estado salvaje en el Turkestán ruso y en las varias regiones
puestas entre el Dnieper y el Altay, extendiéndose al sur en la Persia.
¿Qué
consecuencl.aspueden deducirse de estos antecedentes, en el
campo de la lingüística? Aunque la pregunta, así formulada, suscitaría
Ia protesta de aquellos venerandos lingüistas, que se obstinaron en sub–
ordinar todo otro mé.todo al de la palabra, valga para nosotros
el
ejem–
plo de Alfredo Trombetti (32) . Cuando hay en juego comprobaciones
de historia natural y objetos exhumados por el arqueólogo, la indaga–
ción lingüística debe seguir, no preceder, el camino de esas ciencias.
¿Imaginaremos, con Hommel (3 3), que
la
raíz
sus
procede de
Susa, la que fué capital de
lo~
Elamitas, sentada en el mismo lugar
donde los Súmeros avistaron manadas de caballos, numerosas como los
demonios de su imaginación? Grande sería la tentación de aceptarlo,
especialmente "por amor de tesis" . Sin embargó, habría que comprobar
si la capital elamita existio antes que la palabra y la noción de caballo
(31)
HOMMEL,
Hist. de Bab.,
pág. 135.
(32) "Ma i dati d'élla glottología essendo
insu~ficienti
per rísolvere i problemi
píú importantí, sorgep bísogno di integrarli e confrontarli coi rísultati di altre di–
scipline che studiano l' Uomo sotto altri aspetti, fra le uali possíamo nominare i11
primo luogo la Paleontología,
l'
Antropología e !'Etnología."
TROMBETTI, Alfredo. -
Elementi di glottologia.
Bologna,
19
2 2, to–
m o I, págs. 292-293 •.
El último capítulo de la l.ª entrega es una verdadera recapitulación de los datos
e hipótesis antropológicas sobre el origen de la humanidad, y con ello busca Trom–
betti legitimar
la
bondad de su te.sís, el monogenismo, comprobado por medio de
los lenguajes. Desgraciadamente, al lector de ese capítulo se Je presenta la certidumbre
de que este medio no tiene las mismas "dimensiones" de la incógnita a resolver, pues
·el material de estudio del lingüista,
y
hablamos aquí del más venerable, procede a
lo sumo, de algunos miles de años, entre 4 o
6;
mientras el problema se coloca en una
antigüedad de
r°OO
ó 200 milenarios, cuando menos. Aún concediendo .que pudiesen
sus relictos alcanzar a una edad tan remota, la variabilidad Íntensa y caducidad de
este material no permiten que se le compare con los huesos del esqueleto y el sílex de
las indnstrías prehistóricas, que son imágenes relativamente escasas, pero infaliblemente
fieles, del pasado.
De toda manera, el Prof. Trombetti, es
el
primero de los estudiosos de cultura
lingüística que ve muy claramente las limitaciones de cada método, y esto, junta–
mente con su enorme J>agaje de información, constituye el principal mérito que lo
distingue de los lingüíst;s
vieux style.
(33)
HOMMEL,
Hist. de Bab.,
pág.
135.