ICONOGRA•FÍA DEL CABALLO
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bien, los indogermanistas de la época heróica viviendo en la convicc1on
de que las primeras culturas asiáticas fueran las arias, atribuyeron a ellas
la demesticación del caballo. Hoy estamos,
~n
cambio, en la certidumbre
que los Arios de Asia,
?
Iranios, llegaron a las sedes históricas mucho
tiempo después que florecieran y se sazonaran las civilizaciones del Eu–
frates. Cuando llegan a constituirse naciones con prevalencia iránica,
estas absorben y adoptan las formas de vida creadas por los Babilonios.
Pertenece, de todos modos, a Asiánicos y Babilonios el mérito de ·haber
puesto el caballo a contacto con el occidente (24).
Y aquí ca-be abordar, con los documentos a la vista, una curiosa
cuestión, la rivalidad ent11e el caballo y el asno. ¿Cuál de los dos entró
primero _en el consorcio del hambre?
. Un cilindro-sello de la época arcáica de
Súm.er, que se conserva en
el Museo Metropolitano de New York (25), representa una divinidad
sobre un carro de cuatro ruedas, tirado por un animal cuyos caracteres
son algo indecisos . .W ard lo había considerado en un primer estucdio
como caballo. Después de algún tieµipo el mismo asiriólogo ha recon–
siderado su afirmación, por haber comprobado <i{Ue los carros de cuatro
ruedas, o de transporte ordinario Glos canos de guerra llevan siempre
dos ruedas), tienen al timón un buey, en 1'odas las representaGÍones ba–
bilónicas que preceden el segundo milenario.
Las figm;as de caballo más antiguas, fechadas en el 2° milenario
a. C. (26), representan
1
animal én tres condiciones:
t•,
en estado
salvaje, 2° como animal doméstico, emple-aCio en la caza, y
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como
animal de gue11ra (carro de dos ruedas) . Puede añadirse que permaneció
siendo un animal de guerra entre los Egipcios, y también, posteriormen–
te, entre los Griegos. La edad homérica no conoce otro empleo fuera
del clásico del carro ·de guerra, siendo las alabanzas del caballo siempre
celectivas. Entre el síglo VII y el VI se ensaya el método de la caballería
moderna, más -económico de hombres, hasta que, con Alejandro, predo–
minando la cabalJe.ría montada (27), el caballo se convierte en objeto
de alabanza síngul'ar. Bretones y Germanos aprendieron a atarlo al ca–
rro de guerra antes de César. Empleando las mismas palabras de Py-
(24) HANDCOCK,
loco citato,
pág.
15.
(25) HANDCOCK,
ibídem.
(26) La fecha relativamente retardada de estas representaciones ha originado
la
idea de qne el caballo fuese llevaoo
a
Mesopotamía por las invasiones Kasitas, cuya época
c.oincide aproximadamente, (
1800
a
C.).
Sin embargo, la existencia de un nombre
sú–
mero del caballo es prueba de un conocimiento más antiguo, del tiempo en que la len•
gua de Babilonia no estab_!l semitizada todavía.
(27) PIETREMENT,
loco citato,
pág.
231
a
241.