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AM~RICA
Y BABILONIA
nombre del asno se\ formara en el suelo americano?
¡Esta del asno indí–
gena de América, es una novedad estupenda!
Concédame venia el lector, por haber consagrado tan amplío es–
pacio a la crítica del argumento filológico. Lo he considerado un de–
ber de honestidad, dado que el Prof. Ricci es principalmente un filólogo.
Respecto a la segunda " prueba" de Ricci, podremos proceder más
rápidamente.
Dice el texto que "si la lengua que hablaban los Súmeros era del
tipo mogólico (ya se desprende de Hommel que pertenece al grupo de
las turco-mogólicas, de las que derivan la yacuta de Siberia - nótese
bien [nota de Ricci] - la mogola, la burieta y la kalmuka), vemos
luminosamente indicado el origen de ese pueblo misterioso, el cual, por
vía de Siberia u otra análoga, hubo de emigrar al Asia desde el Oriente,
desde el
kar
(sic) o región montañosa en la que jamás desde los tiempos
prehistóricos habían sido conocidos el
león,
el
caballo,
la
vid.
Necesi–
tamos nombrar esa región? Es América" (4).
Las lenguas mongólicas, gues, serían, en el ce.ntro del Asia (esta
vez la palab a
centro
está en s lugar) y en el Asia nordoriental, un
vestigio dejado por el paso de los Súmeros, procedentes de América y
dirigidos hac a el go
fo
Pérsico A ¡pesa11 de la pa1abra "luminosamen–
te" y de la muy h:ábil figura interrogativa, que preparan tan favorable-
111.ente el espí ÍtlL del lector, sin embargo ese pasaje es d los más obs–
curos, y deJa en la somfü-a aún la misma intención del Autor. En
efecto: ¿se sostiene aquí que los pueblos americanos, al pasar por Sibe–
ria, asumieron la lengua que allí preexistía, abandonando la propia, o
bien que cedieron sus propios glosemas a los pueblos con quienes se pu–
sieron en contacto a lo largo de la ruta? En este último caso, que po–
dríamos reputar como más conforme a la intención del Autor (quien
atribuye orígenes americanos al
kur
y a los nombres de animales y plan–
tas), la sede primitiva de las lenguas turco-mongólicas y de la súmera,
sería. . . el lago Titicaca.
En el primer caso, tendríamos que suponer un estacionamiento
muy largo de la caravana tiahuanaca en las, rutas del Asia, como para
producir la pérdida del idioma originario, y su completa substitución
por parte del mongólico. Y, en realidad, suponer tan largo estaciona–
miento no parece irracional, una vez aceptada la tesis de tan monstruo–
sa migrac10n extra-americana. Sin embargo, esto encierra un _"punto
muerto" de excepcional peligro para la demostración del Prof. Ricci. Y
(3) Rrccr. -
La civ.
pr., p.
55.
(4) RICCI. -
La civ.
pr., p.
55
y
56.