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R. CÚNEO - VIDAL
"No
es propiamente una figura humana-escribe-la allí re–
presentada,
ni
el cetro es atributo privativo de determinadas figu–
ras, ya que todas lo ostentan.
"No existe, ni podría existir dicho cetro como símbolo de reye–
cía, ni las figuras están humilladas como se pretende, pues antes
.
.
bien
demuestran itn
movim~ento
equilibrado
y
atrevido de aviance,
en armonía con las alas tendidas que todas ellas llevan, a excep–
ción de la central.
"Esas esculturas son la representación alegórica de una es–
cena mitológica en que intervienen personajes sobrenaturales, que
obran en los espacios aéreos, fuera de las condiciones de la exis–
tencia ordinaria.
"La idea religiosa-·concluye-está tan de relieve en la piedra
de Tiahuanaco, como la guerrera en el bronce de la columna
Vendome."
Pa,ra Falb el arco de Kalasasaya es un
referendurn
del dilu–
vio universal,
y
representa una humanidad en fuga,
empeñada en
salvar de la inundación de las aguas, camino de las cumbres an–
dinas.
Stübel
y
Uhle ereen ue Tiahuanaco fué la urbe sagrada del
culto de Ticssi-Viracocha, el dios nacional de los Aimaras, que se–
gún la leyenda surgió de las aguas del lago, creó el sol, la luna,
las estrellas, la humanidad y la fauna menor,
y
recorrió el terri–
torio del futuro Tahuantinsuyo, realizando grandes hechos. ·
"El bajorrelieve del friso de la gran portada-dicen-tiene
una interpretación fácil de discernir, pues representa la adoración
de Viracocha por sus compañeros etéreos, o como hoy diríamos,
los ángeles."
Estas diferentes .interpretaciones, de consiguiente, responden
a tres conceptos divergentes:
El de la realeza, que ve en el personaje central al
monarca
de un estado megalítico.
El sobrenatural, que ve en las figuras del episodio en él re–
presentado, a
seres mitológicos.