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QU•CHU.A - C.Á
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nuest'ra madre,
porque a imitación de su ma–
rido, bacía oficios de madre con todos sus pa·
rientfis
y
vasallos.
A
sus hijas llamaban
Oo·
ya,
por participación de la madre,
y
no
por
apellido natural; porque este nombre
Ooya,
per·
tenecía solamente a
la Reyna.
A
las concubi·
nas del Rey, que eran de
su
parentela,
y
a
todas las mujeres de la sangre real, llamaban
Palla,
quiere decir
rnu!fer de la sangre real.
A
las demás concubinas del Rey, que eran de las
extranjeras,
y
no de su
sangr~,
llamaban
ma–
macuna,
que . bastaría decir
matrona,
mas,
en
toda su significación, quiere decir
mujer
que
tiene obligación de hace1· oficio de madre,
A
las
Infantas,
hijas del Rey,
y
a
todas las demás
hijas de la parentela y sangre real, llamaban
Nu1:,ta,
q ie e decir
Doncella de sang1·e real;
pe–
ro era
on
e~ta
diferencia, que a las legítimas
en la
s~
ngre real, decían
llanamente
nitsta,
dando a
ente:n
e1· que eran de
las
legítima1::1
en sangre. A
las no legítimas en sangre, l la–
maban con el nombre de la provincia de don–
de era natural su madre, como decir
colla
nus–
ta, huanca nusta,
yuca nusta, quitu nusta;
y
así de las demás provincias. Y
este nombre
nusta.
lo retenían hasta que se casaban,
y
ca·
sadas se llamaban
palla."-I.
XXVI.