QUECHUÁ-CASTELLANO
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qu,e es el
mafa,
cuyo pan tiene tres noml res.
Zancu
era el de los sacrificios.
Huminta
4
Lde
el de sus fiestas y regalo,
tauta
-pronunc ada
la primera sílaba en el
paladar~
es el
pa1 .
co·
mún: · la
zara tostada
llaman
cancha,
quien, de·
cir
maiz tostado,
incluye en sí el nombre ad·
jetivo y el sustantivo: háse de pronunciar con
m,
porque con }a
n
significa •hm-rio
d~
vecindad,
o un
gran
cercado.
A
la
zara cocida
llaman
musti
-y los Españoles llaman
mote-
quiere de·
cir
maíz cocido,
incluyendo en sí ambos nom–
bres. De la harina · del maíz hacen las españo–
las los viscochillos y frutas de sartén y cual·
quiera otro regalo, así para sanos como vara
enfermos; para cuyo medicamento, en cualquie–
ra género de cura que sea, los Médicos expe·
rimentados han desterrado la haTina de trigo,
y usaiD de La _de
maí~.
De la misma harina
y
agua simple haeen el brevaje que beben, y del
br.evaje, acedánélolo, como los indios
lo saben
hacer, se hace muy lindo vinagre: de las ca–
ñas, antes que maduse el grano, se hace muy
linda miel. Porque las cañas son dqlces:
las
cañas secas
y
sus . hojlas son de mucb.o ma nte–
nimien to y muy agradables para
las
bfü1tias
(nuestra
calcha).
De las hojas de la
rnaz >rea
y del mastelillo (nuestra
tusa)
se sirven los que
hacen estatuas, para que salgan mny livianas.
Algunos indios más apasionados de la embria–
guez que la demás comunidad, echan la
zar•i
en
remojo~
y la tieden · así l:iasta ·que eche sus raí·
ces, entonces la muelen toda como está,
y
la
cuecen en la misma agua con otras cosa
3,
y
colada la guardan, hasta que se sazona. E.áce–
se un brevaje fortísimo, que embriaga re pen·
tinamente: llámanle
uinapu,
y en otro len
~·ua·
je
sora
(nuestra
/o'ra).
Los Incas lo
proh1bi~ron, ·por ser tan violento para !a embriaguez.