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pero, tal
no
ha
ocurrido en épocas pasadas;
en las cuales el uso de aquella hoja era un
privilegio de los superiores, aserto
con el
cual
se hallan
conformes todos los historiadores
d~
la conquist a. JJaS plan t.aciones de la
CO·
ca
eran
1.nuy red
u0idas
y
hay
la
tradición
en·
tre los indios del lago Titicaca, qu e el Inca
de la Isla del
Sol,
tenía
allí
chacras de aqne ..
ll
a plan ta 1naravillosa, la q ne
I
or
1
a incle'"'
mencia del clima actual en esa región
y
a no
se cultiva;
lo
que también
con1
prueba que el
indio con serva aún en su «folk lore> el re–
cuerdo de un
clirna
inás
benigno
que el que
hoy es peculiar del
al t iplano
de
loi3 Andes.
La vulgarización del empleo de la coca
y
su plantación
en gran
escala
co1nenzó
con la
dominación española, con propósitos
y
1niras
de explotación al indio, al ''mitayo", que por
una cantidad diar ia de aquellas hojas
y
un
poco de maiz, sacrificaba toda su vida en los
oscuros socavones para producir el anhelado
metal para el
conquistador
y
sus descendien–
tes. La
coca
y
n1ás
tarde el alcohol, han
si- .
do
y
son
los principales
fac~ores
de l a deca–
dencia de esta desgraciad a gente. [ 2
2
J.
Los
efectos
finales de la
111asticación
de la
coca
son iguales que los de la inorfina
y
de otros
narcóticos.
(22) Hay indios que mascan diario una libra y más de
aquella hoja lo que corresponde a ttn medio
gramo
de cocaina
diario.