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VI
Vaivenes de
razas
y
tribus,.
Si
estudi~nnos
los n1últiples trabajos esci·i·
tos sobre
la
prehistoria
americaua
o
n1ejor di–
cho referentes
~
l3i
era prapizarroniana
de
es–
te
continente, no
fundadQs
por
supuesto
y
úui–
can1ente sobre los escritos
de cronistas
e his–
tori~dores,
notamos un
flujo
y reflujo,
un
vai–
vén
de
razas
y
subrazas in1pulsadas
aAllo
con
tniras de mejorar sus condiciones
y
en
busca de
más fértiles
tierras
donde la lucha
por
la vi-–
da les fuera n1enos intensa;
ad~n1áe,
nótans.e
también lidos
y
contieuctas
entre ellos, así co–
mo al
tHs
y
bajas culturales,
Re1novi,end·o
las
sepult
uras au tigua~
y
estrato&
de cultura, halla1nos
materi.alcranea–
no
abundq,nte, al que
estudiándolo
con aten–
ción
nos revela que en otros tiempos hubieron
.aquí,
~llá
y
acldlá
y aun
mucha~
veces en el
,mi~mo
lugar,
razas
diferentes,
únicamente
se–
paradas por delgadas capas de tierra o rnet–
ieladaa
indi$tintarnente en
el
n1ie¡tuo
estrato.
El lugar donde inás se
evidencia
~ste
fenóme–
no, es el mismo
'rihuanacu
donde hemos po·
<lido
constatar
hasta
ahora los siguientes
ti–
pos
cuyos índices los damos en la tabla que
.
sigue: